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Pilar Fonseca
Sábado, 23 de abril 2022, 17:21
Es innegable que el cuerpo cambia con los años. Una transformación que en la edad adulta afecta a la propia estructura corporal.
La masa muscular se deteriora con la edad, se va perdiendo y transformándose en grasa, y los malos hábitos, el sedentarismo o la falta de actividad física no contribuyen a mejorarlo. La flacidez corporal se hace más notable e incluso se puede subir de peso, unos cambios que en las mujeres es más notable como consecuencia de la menopausia.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la esperanza de vida en España nos coloca entre los cinco países más longevos del mundo, con una media de 83'6 años (80'9 entre los hombres y 86'3 años para las mujeres). Son muchos años por delante desde que se cumplen los 50, una edad a la que es aún más importante si cabe adquirir hábitos saludables.
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El sedentarismo es un mal aliado y la actividad física e incluso incorporando ejercicios de fuerza, es la mejor manera de recuperar, en la medida de lo posible, el músculo perdido.
El tiempo es quizá lo más complicado. Encontrar unos minutos al día para realizar algún tipo de actividad física.
Después de cumplir los 50, se ha constatado la pérdida de músculo esquelético conocida médicamente como sarcopenia. Se ha definido como una enfermedad multifactorial relacionada con la edad pero también con los estilos de vida sedentarios, con la desnutrición o la mala nutrición.
Lo mejor para paliar la sarcopenia es aumentar la actividad física y trabajar el entrenamiento de fuerza de manera progresiva y a largo plazo porque así se consigue mejorar la potencia muscular, la resistencia y por supuesto la fuerza.
Hay procesos que no se pueden evitar como la ralentización que se produce en el metabolismo basal pero que sí se pueden paliar precisamente trabajando también el sistema muscular.
Cada año, a partir de que se cumplen los 50, el metabolismo basal se ralentiza un 10%, es decir, el gasto energético que se produce mientras estamos en reposo es más bajo cada año lo que hace más complicado conseguir bajar de peso y al mismo tiempo hace más fácil que el cuerpo acumule y almacene grasa en distintas zonas.
Comiendo más o menos la misma cantidad de alimentos que se ha comido siempre, se va engordando progresivamente de manera constante y continuada por la ralentización que se produce en el metabolismo con la edad.
A partir de este momento es muy importante vigilar la alimentación, tanto el tipo de alimentación como las cantidades que se ingieren.
A nivel dietético es necesario aumentar ligeramente la ingesta de proteínas según han ratificado distintos estudios. Las personas jóvenes precisan de media en torno a 0.8 gramos de proteínas por kilo de peso corporal y se ha señalado que las personas que han pasado los 50 años, estarían mejor si subieran esa ingesta a 1.2 gramos de proteínas por cada kilogramo de peso corporal.
La proteína entra directamente en la construcción de la masa muscular del cuerpo por lo que es vital para frenar o evitar la sarcopenia.
Es innegable que la actividad física a cualquier edad es importante para mantener un organismo saludable y, según se van cumpliendo años, es aún más vital para tener una buena calidad de vida.
La actividad física siempre debe estar adaptada a las características físicas y a las limitaciones de cada persona, pero siempre hay determinados ejercicios o actividades aptos para todos como pueden ser caminar o nadar, por ejemplo.
Los ejercicios de fuerza con pesas van a ser los mejores aliados para retrasar la flacidez y desarrollar la masa muscular.
Otro aspecto demostrado por distintos estudios e investigaciones desde hace tiempo es la necesidad y la importancia del descanso. Dormir las horas que el cuerpo necesita es imprescindible para cuidar la salud.
Cuando se duerme menos de lo que se debería, de lo que pide el cuerpo, se está contribuyendo también a ralentizar aún más el metabolismo lo que nos vuelve a llevar a aumentar las posibilidades de padecer obesidad por lo que la necesidad de descansar lo suficiente es innegable, es una prioridad aunque según se cumplen años se dificulta la capacidad de conciliar el sueño.
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Cristina Cándido y Álex Sánchez
Rocío Mendoza | Madrid y Lidia Carvajal
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