Envejecimiento saludable con la 'dieta de la longevidad'

La población está envejecida, eso es una obviedad. La esperanza de vida aumenta en los países occidentales y el envejecimiento de la población a nivel mundial se ha convertido en un importante reto de salud pública.

Lo que a todos nos gustaría es cumplir años sin perder calidad de vida, sin sufrir fragilidad ni el deterioro de la función física que se manifiesta cuando envejecemos.

Por eso, cada vez más, los médicos y profesionales de la salud se empeñan en identificar los distintos factores de la dieta y del estilo de vida que pueden prevenir o ralentizar el deterioro físico en las personas según van cumpliendo años.

Uno de los últimos hallazgos ha sido la llamada 'Dieta de la Longevidad' y cada vez hay más estudios publicados que confirman sus beneficios.

En la revista 'Cell' se publicaba, hace algún tiempo, un artículo en el que se definía esta dieta como un enfoque con múltiples aspectos a valorar dentro de la alimentación de la persona.

Desde la composición de los alimentos que se ingieren, a las calorías que conforman la dieta e incluso si se llevan a cabo y durante cuánto tiempo, periodos de ayuno.

Valter Longo es uno de los investigadores que más se ha centrado en el campo del envejecimiento y la calidad de vida de las personas. Según sus estudios e investigaciones, la capacidad de que la persona se mantenga joven durante más tiempo se puede conseguir adoptando unos patrones de alimentación determinados.

Él plantea que cada individuo es diferente por lo que cada dieta debe ser personal y abordar pequeños cambios que se puedan mantener durante toda la vida, pero hay unas pautas sobre las que se asientan esas pequeñas modificaciones propias de cada persona y sus circunstancias.

- Una ingesta de carbohidratos no refinados moderada.

- Una cantidad suficiente de proteínas, sobre todo vegetales.

- Suficientes grasas vegetales para proporcionar en torno al 30% de las necesidades energéticas diarias de la persona.

Además de los estudios de Valter Longo el tema del envejecimiento de la población y de cómo conseguir mejorar la calidad de vida de las personas según van cumpliendo años, es una constante en distintos estudios que van llegando a conclusiones compatibles entre sí.

Esto ocurre con uno de los estudios realizados por un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública que han llegado a la conclusión de que el zinc es un mineral esencial para la salud humana por lo que su ingesta debe ser adecuada y suficiente en la dieta habitual ya que entre otros beneficios, puede prevenir el deterioro físico, la progresión de la fragilidad y por todo ello contribuye a un envejecimiento saludable.

En este estudio que se ha publicado recientemente en la revista especializada Journals of Gerontology, se analizó información de más de 2.900 adultos mayores de 60 años y se llegó a la conclusión de que este mineral interviene en la función inmune del organismo, en la síntesis de proteínas y en distintos mecanismos moleculares relacionados con el estrés oxidativo y la inflamación.

Los alimentos ricos en zinc que los expertos recomiendan incluir en la dieta son los cereales, la leche y los productos lácteos y las carnes en general.

Es así. La esperanza de vida de una persona depende de distintos factores y la alimentación es uno de ellos pero hay más, hay factores sociales, políticos y por supuesto otros relacionados con el estilo de vida que la persona tiene.

Las mejoras en el estilo de vida tienen un impacto positivo en la salud a pesar incluso de las patologías crónicas que se puedan padecer o de la edad avanzada que se pueda tener.

En la Universidad de Osaka, en Japón, se ha realizado un estudio en el que se evaluaba el impacto de la modificación de las conductas del estilo de vida en la esperanza de vida. Se utilizaron datos de más de 49.000 individuos repartidos por 45 zonas de Japón. Su autor principal, el doctor Ryoto Sakaniwa llegó a la conclusión de que un mayor número de conductas saludables en los hábitos diarios de la persona se asocia con una mayor longevidad, tanto en hombres como en mujeres.

En la revista «Age and Ageing» publicaron este estudio en el que afirmaban que adoptando cinco o más conductas de estilo de vida saludables se aumentaba la esperanza de vida incluso en individuos que ya habían cumplido los 80 años.

Los mayores beneficios a lo largo de la vida correspondieron a la reducción de la ingesta de alcohol, no fumar, perder peso y aumentar las horas de sueño, sumando 6 años de vida para personas sanas de 40 años.

Una dieta sencilla y sensata donde encontremos el mineral de zinc de forma natural y un estilo de vida saludable, son los mejores compañeros para seguir cumpliendo años sin sufrir un deterioro precoz de la salud y la calidad de vida.

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