Cáncer de próstata: las esperanzas frente al tumor que amenaza a más hombres

El cáncer de próstata es el tumor más frecuente entre los hombres y el tercero más letal (unos 6.000 fallecidos al año en España), solo por detrás del de pulmón y del colorrectal. De acuerdo con los cálculos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el pasado año afectó a 35.764 varones y la previsión de cara al futuro no es para nada alentadora. Por ello, cada 11 de junio se celebra el Día Mundial del Cáncer de Próstata con la intención de dar visibilidad a esta patología que padecerá «uno de cada siete u ocho varones a lo largo de su vida», según la Asociación Española de Urología (AEU).

Pero no son todo malas noticias y es que, gracias a la investigación, la supervivencia de estos pacientes se ha incrementado un 20% en los últimos años. Sobre ello sabe mucho con la doctora Leyre Larzabal, responsable de genética clínica en Dreamgenics, que asegura que «al igual que otros tipos de cáncer, no se puede prevenir al 100% ya que existen algunos factores de riesgo que no se pueden controlar. No obstante, recalca que hay «algunas medidas o hábitos de vida que se pueden adquirir para tratar de reducir el riesgo de padecerlo, como mantener un peso saludable, mantenerse físicamente activo y seguir una alimentación sana y equilibrada».

Entre los factores de riesgo que no se pueden controlar se encuentra la edad. La probabilidad de padecer cáncer de próstata aumenta a partir de los 50 años, alrededor de 6 de cada 10 casos se diagnostican tras cumplir los 65 y la edad media de diagnóstico son los 75 años. La etnia también juega un papel en este tipo de cáncer siendo más frecuente en los varones de etnia negra y menos en los asiáticos.

El área geográfica también influye. «En España el cáncer de próstata es el tipo de tumor más frecuente en hombres con más de 30.000 casos nuevos diagnosticados cada año» resalta Larzabal. «La incidencia se estima en 104,2 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra que varía entre las diferentes comunidades autónomas», agrega.

Este dato lo corroboran varios estudios, como el realizado por miembros del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, que aseguraba que la incidencia de este tumor en el Principado de Asturias es superior a la de otras zonas de España; o más recientemente en el 'Primer mapa de la mortalidad por cáncer en España y Portugal' que muestra que, después de Portugal donde la mortalidad es muy alta, destacan zonas de Galicia, Asturias, Aragón y la Comunidad Valenciana.

Una posible causa de estas diferencias es la genética. Según Larzabal «cerca del 10% de los pacientes con cáncer de próstata presentan alteraciones genéticas heredadas». Lo que hace que el riesgo de padecer esta patología sea mayor. «Se han descubierto genes implicados con una mayor susceptibilidad a su desarrollo. De entre todos ellos hay que destacar BRCA1 y, sobre todo, BRCA2» continúa, y expone una comparativa «el riesgo relativo a desarrollar cáncer de próstata para un hombre menor de 65 años con mutación del gen BRCA1 exs 1,8 veces superior al de la población general, mientras que si la mutación es en el gen BRCA2 el riesgo aumenta 8,6 veces».

Lo que no tiene tanta relevancia en este tipo de tumor que sí lo tiene en otros son los factores externos. «En el caso del cáncer de próstata existe una menor evidencia científica de su posible influencia» apostilla la doctora, y recalca el papel importante que pueden desempeñar algunas alteraciones genéticas «cuando el padre o el hermano de un paciente padecen cáncer de próstata, se duplica el riesgo de que él también padezca la enfermedad».

Los datos dejan lugar para el optimismo y es que hasta el 90% de los casos presentan buen pronóstico, según confirman desde Dreamgenics. Larzabal apunta que «la supervivencia a 5 años del cáncer de próstata es cercana al 100% para casos en los que el tumor está muy localizado». Sin embargo, en el otro lado de la balanza, «desciende a menos del 30% para tumores que en el momento del diagnóstico ya han metastatizado».

Además, el 80% de los pacientes con cánceres de próstata de baja agresividad y muy localizados sobreviven, aproximadamente, más de diez años sin que sea necesario aplicar tratamiento.

Como en la mayoría de los tumores la detección precoz «supone asegurar un mejor pronóstico para el paciente ya que la supervivencia va a depender de lo localizado o diseminado que esté en el momento del diagnóstico» afirma la genetista. Por ello hay que estar atento a posibles síntomas, ya que «en sus etapas iniciales puede ser asintomático o acompañarse de síntomas obstructivos leves, como flujo miccional débil o interrumpido, sensación de tener que hacer fuerza para vaciar la vejiga, aumento de la frecuencia de la micción (sobre todo nocturna), dificultad para orinar o escozor durante la micción» enumera.

Es importante acudir cuanto antes al médico para realizar las pruebas necesarias si se tiene alguno de estos síntomas e incluso, «como medida preventiva, en pacientes con historia familiar de cáncer de próstata también se pueden realizar pruebas a partir de los 50 años» recomienda Larzabal. «La prueba de laboratorio por excelencia es la determinación de los niveles plasmáticos del antígeno prostático específico (PSA). En función de los resultados, o de manera paralela, el médico puede realizar un tacto rectal para determinar el tamaño de la próstata» concluye.

Un tumor con el que no hay que bajar la guardia y es que la estimación de la SEOM para este año 2022 es que el cáncer de próstata seguirá siendo el más diagnosticado en varones llegando a los 30.884 casos.

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