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La joven gijonesa ha sido la primera boxeadora española en competir en unos Juegos Olímpicos. Arnaldo García
Una luchadora historia viva del deporte español
Laura Fuertes - Deporte

Una luchadora historia viva del deporte español

Boxeadora olímpica. Ha roto varios techos en el deporte de élite y, además de ser la primera mujer en lograr una medalla en un Mundial de boxeo, en París se convirtió en la primera púgil española en competir en unos Juegos

Carlos Amado

Gijón

Jueves, 26 de septiembre 2024, 17:49

La hemos visto llorar ya unas cuantas veces, porque como ella misma reconoce es «una llorona». Pero la última vez, en París, al bajar del cuadrilátero donde volvió a hacer historia al convertirse en la primera boxeadora española en unos Juegos Olímpicos, las lágrimas que salían de sus ojos a borbotones esquivaban una gran sonrisa antes de perderse por su barbilla.

El caso es que a Laura Fuertes (Gijón, 1999) se le agolpaban sentimientos contradictorios en la garganta. A la rabia de la derrota de una deportista tremendamente competitiva se le unía la emoción por el significado histórico de lo que acababa de experimentar y que era el objetivo por el que la gijonesa llevaba años trabajando. «Es la experiencia de mi vida y quiero tener un buen recuerdo de esto», pronunció antes de quebrarse y despedirse de los medios sin dejar de sonreír.

Porque Laura también sonríe y mucho. Pese a su carácter combativo y guerrero en el cuadrilátero, es una chica alegre, simpática y de trato afable, que siempre ha tenido las cosas muy claras en esto del deporte y de la vida, donde «para hacer algo hay que hacerlo al 100%». Y esa es la premisa que ha guiado los pasos de esta orgullosa vecina de Montiana desde sus primeros pasos en el deporte, que además no fueron pasos sino brazadas. Las que dio en la piscina del Santa Olaya, con cuyo equipo de natación compitió de bien pequeña.

También probó el baloncesto, pero le atraían los deportes de contacto y así llegó al kárate en la Escuela Magadán. Un amigo que practicaba boxeo y una velada en el Palacio de Deportes la animaron a probar esta disciplina –siempre con el apoyo de sus padres, Ana y Manolo– en la que ha roto techos y derribado muros desde entonces.

Primero compaginó ambos deportes, pero a los 16 se decantó por el boxeo, en el club Asturbox, donde de la mano de sus entrenadores Óliver Sánchez y Pedro Meré pronto comenzó a cosechar éxitos. Entre ellos tres títulos nacionales por clubes con el Asturbox (2015, 2017 y 2018), dos campeonatos de España élite (2018 y 2020), dos quintos puestos europeos (2018 y 2019) y el cetro nacional en menos de 51 kilos en 2020.

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La suya ha sido una trayectoria meteórica que lógicamente hizo que los responsables de la Federación Española pusieran sus ojos en la púgil gijonesa. Primero llegó la convocatoria para varias concentraciones nacionales y, ya en 2019, se convirtió en la primera asturiana en formar parte de la concentración permanente del equipo nacional en la Joaquín Blume del Consejo Superior de Deportes, donde Laura ya llegó con el título de técnico en Animación de Actividades Físicas y Deportivas que hizo en el IES La Laboral, mientras ahora compagina los estudios universitarios de Comunicación Audiovisual con la vida de deportista de élite.

Desde entonces, Laura ha escrito los, hasta ahora, mejores capítulos de su carrera deportiva que, independientemente de lo que le depare el futuro, ya la han situado entre los más grandes en la historia de este deporte. Ninguna boxeadora española se había subido a un podio en un Campeonato del Mundo hasta que Laura Fuertes se colgó el bronce en Estambul en 2022. Pero es que su bronce fue el tercero en toda la historia del boxeo español, tras el de otro asturiano, el de Enrique Rodríguez Cal, 'Dacal', en 1974, y el de Rafael Lozano en 1996. Faustino Reyes consiguió plata en Barcelona y en París Enmanuel Reyes Pla se colgó el bronce después de ella.

Tras ese éxito sin precedentes, que como los anteriores celebró con su familia, amigos y vecinos de Montiana, el objetivo quedó claramente fijado. Laura quería ser la primera española en unos Juegos Olímpicos. Y lo consiguió. Seguro que antes de Los Ángeles 2028, a la joven púgil la volveremos a ver llorar, pero de alegría.

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