EFE
Sábado, 29 de diciembre 2018, 10:34
Los tres españoles detenidos en agosto pasado en Santo Tomé y Príncipe, acusados de participar en una supuesta intentona golpista, han sido puestos esta mañana en libertad sin cargos, ha informado en la noche de este viernes el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea ... y Cooperación (MAEUEC).
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Los tres españoles, identificados por la prensa local como Orlando Pérez López, José Manuel López Jiménez y Marco Martínez Méndez, de Vegadeo, habían sido detenidos el pasado 4 de agosto por una presunta acción terrorista para subvertir el orden constitucional en el país africano, situado en el golfo de Guinea.
«Los tres ciudadanos españoles, detenidos desde el pasado 4 de agosto, podrán reunirse con sus familiares y allegados próximamente», refiere el comunicado de Exteriores.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, continúa la nota, «ha seguido estrechamente este caso desde el momento de la detención, prestando asistencia consular tanto a los propios detenidos como a sus familiares y allegados, desde la Embajada de España en Libreville, la Dirección General para África y la Dirección General de Españoles en el Exterior y de Asuntos Consulares«.
Añade que «el Gobierno de España celebra el funcionamiento del sistema de garantías legales en Santo Tomé y Príncipe, que ha conducido a este resultado, y agradece al nuevo Gobierno del país su firme compromiso con el estado de derecho y los derechos y libertades fundamentales«.
«Igualmente agradece el apoyo que han prestado la Unión Europea y las autoridades portuguesas en el seguimiento de este caso», concluye la nota del MAEUEC.
«Estoy bien, aguanto mucho más que esto». Estas fueron algunas de las primeras palabras que Marco Martínez Méndez, el exmilitar asturiano encarcelado en Santo Tomé acusado de intentar un golpe de Estado junto a otros dos exsoldados españoles, pudo decirle a su familia desde que fue detenido el pasado 4 de agosto –el día 3, según la versión oficial del Gobierno del país– en el archipiélago africano. A través de una llamada telefónica que duró apenas «diez minutos», Martínez transmitió a sus allegados «un mensaje de tranquilidad». También aprovechó para decir lo que su padre ya sospechaba: «Nos engañaron».
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Martínez viajó al archipiélago africano, ubicado en el golfo de Guinea, el pasado 29 de julio junto a otros dos exmilitares españoles, Orlando Pérez (La Rioja) y José Manuel López (Cádiz), para prestar un servicio de escolta al exministro del país, Albertino Francisco, quien también fue detenido. Sin embargo, «sospechaban desde el principio que algo no iba bien, porque tras varios días no habían logrado reunirse con quien les contrató», relata el padre del asturiano. Y nunca llegaron a hacerlo, pues fueron detenidos en su hotel antes siquiera de conocer en persona al exministro. «Habían decidido regresar a casa, pero no les dio tiempo», lamenta el padre de Martínez.
Su hijo ha intentado calmar los ánimos de la familia asegurándoles que «físicamente está bien y mentalmente se encuentra fuerte». Los tres exmilitares permanecen encarcelados en celdas individuales y reciben visitas de la cónsul honoraria, María Teresa Mendizábal, quien les «compra lo que le piden» con el dinero que le envían las familias. «No queremos que le falte nada, hacemos todo lo que podemos para que esté lo mejor posible allí», comentaba a este diario la hermana pequeña del exmilitar el pasado lunes.
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«La llamada ha sido muy emotiva e importante para nosotros», confesaba el padre de Martínez, quien alberga esperanza de que el contacto se repita en los próximos días. «Nos dijeron que a lo mejor el sábado podía volver a llamarnos», puntualizaba. El padre del exmilitar asturiano está convencido de que «saldrá de esta, pues ha pasado por cosas peores» y así se lo trasladó también su propio hijo. «Aguanto mucho más que esto», le dijo. «Ha estado en misiones muy complicadas con la Armada española y en los boinas verdes», añadió su padre. Aunque para Martínez «aguantar esto no es un problema», sí reconoció a sus allegados que «está injustamente apresado».
Según la versión oficial del Gobierno de Santo Tomé, en su detención se hallaron diversas armas de guerra como fusiles de asalto AK-47, granadas, bayonetas y machetes... Todo un arsenal que no se explica cómo pudieron transportar en el avión de la TAP, línea aérea portuguesa, sin ser detectado en el propio aeropuerto a su llegada. «Ellos no saben nada de todas esas armas. Se las colocaron», afirmó convencido el padre de Martínez.
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