Lara Álvarez: «Podría vivir a base de tortilla de patata»

No solo les fabes y la sidra hacen patria. También la talentosa presentadora Lara Álvarez (Gijón, 1986) aprovecha la mínima para glosar las maravillas de su tierra, la nuestra, que incluyen la mar y el monte y el verde y el negro carbón, pero, también, la tortilla de patata de su madre, aunque prefiera no meterse en la brutal polémica del con o sin cebolla.

La asturiana más televisiva apuró tras las fiestas su estancia en el Principado, que compartió con sus seguidores desde las redes sociales, igual que compartió mesa de chigre con su hermano y paseos y besos y abrazos con otro bellezón que si aún no ha pisado la pasarela es porque no quiere: su perro Choco. Pero todo se acaba y la gijonesa ya está en Honduras, a más de 8.000 kilómetros, junto a las doscientas personas que se encargarán de la que pretende ser «la edición más extrema de la historia» de 'Supervivientes'. Y es que el arranque de la aventura en el mes de febrero supone menos horas de luz, mayores probabilidades de enfrentarse a precipitaciones, y un descenso de las temperaturas máximas y mínimas para los famosos que han decidido acudir a la isla para poner a prueba sus aptitudes para la supervivencia y su resistencia física y psicológica. Por eso, ella, que ya tiene callo en esto de viajar a la isla, se ha metido solo tres bikinis en la maleta -que del resto se encarga su equipo- y ha confesado, como novedad, que este año, con previsiones de diez grados centígrados al anochecer, su prenda estrella será otra. «Me voy a poner más chándales que en toda mi vida», anunció hace unos días.

Porque hay muchas Laras, la que disfruta con las pelis de acción y la que se conmueve con 'La vida es bella'. La que sigue la oscura trama de 'El dilema' y se ríe con 'Padre de familia'. La que recorre Asturias y la que la lee en EL COMERCIO cuando está lejos.

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