Es difícil no encontrar a un niño de los ochenta que no levantara su brazo, acercara la muñeca a la boca y le dijera a su reloj: «KITT, te necesito». Eso era la felicidad, soñar que un coche lo haría todo por ti mientras uno ... intentaba rescatar a los oprimidos de los pequeños y grandes delincuentes. Un argumento bien sencillo, pero que fue el eje del éxito en el que se movió 'El coche fantástico' a lo largo de sus cuatro temporadas y 90 capítulos.
Su estreno aquí se hizo desear. En Estados Unidos debutó el 26 de septiembre de 1982; a la televisión española llegó cuando las ciudades del país comenzaban a quedarse casi desiertas, con sus moradores en los pueblos originarios de la familia o a orillas del mar. Un 1 de agosto de 1985 aparecía ese coche futurista, de aspecto deportivo que respondía al nombre de KITT (acrónimo de Knight Industries Two Thousand) y que en realidad era un Pontiac Firebird Trans-Am V8 transformado.
A sus mandos, Michael Knight, el papel que catapultó a David Hasselhoff a la fama. Su aspecto era inconfundible. Pelo rizado, chupa de cuero, camisa excesivamente abierta –y un poquito hortera–, gafas de sol y una actitud de luchador infatigable contra el mal, eso sí, siempre desarmado. Su fiel compañero sobre ruedas era su arma para analizar las pistas, buscar a los esbirros y repeler los ataques.
KITT era más que un coche, era la conciencia que acompañaba a Michael Knight en su cruzada contra el crimen. Siempre a punto, nunca le falló.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.