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Elena Cuesta
Gijón
Lunes, 21 de octubre 2024, 16:07
La 'influencer' portuguesa Joana Mascarenhas ha sido condenada a dos años y seis meses de cárcel por sumergir a su hija de tres años en una piscina con agua fría para calmar sus rabietas. La justicia considera que los hechos suponen un delito de violencia doméstica y la fiscalía cataloga el castigo como «humillante» y de trato «indigno» hacia la niña. No obstante, finalmente no entrará en prisión al carecer de antecedentes penales. Eso sí, tendrá que seguir un plan de reinserción y abonar una indemnización de mil euros a la pequeña.
Fue la propia 'influencer', de 36 años, quien contó sus mañas a todas las personas que la seguían en redes sociales. Aseguraba que meter a la niña, de solo tres años, en hielo fue «la forma más eficaz de calmarla». «Se sentó en el suelo a llorar y a decir que no podía caminar. Lloró y gritó. Pensé que tenía dos opciones: dejarla que se hartase y que descubriese que no conseguiría nada o, si me cansaba de escucharla, meterla en la piscina. Ella odia el agua fría. Estaba todavía con el uniforme escolar y lloró otros quince minutos. No le dije nada ni la amenacé. La cogí y la sumergí en la piscina hasta el cuello», relataba en el vídeo en el que continuaba presumiendo de su «súper remedio».
Joana Mascarenhas partilhou uma tática controversa para lidar com as birras da sua filha de três anos: submergir a criança em água fria.
— Mundo Vivo (@mundo__vivo) July 14, 2023
Joana afirma que mergulhar a filha em água fria é a forma mais eficaz de acalmar. pic.twitter.com/YAmCBusy4D
«Le quité la ropa mojada, la envolví en una toalla, la acosté y durmió unas tres horas. Fue maravilloso, ella se relajó y se dio cuenta de que no puede tener rabietas en la piscina o en casa porque puede perder. Dejó de tener berrinches, porque sabe que si hay rabieta va al agua», contaba tras confesar que había utilizado este método en otra ocasión. La segunda vez puso a la niña en la bañera, todavía en pijama, y la mojó con agua fría.
La defensa de Joana Mascarenhas reconoció durante el juicio que estos hechos fueron una «decisión desafortunada», aunque justificó que no debería tratarse como un delito ya que la pequeña no sufrió daños físicos. La abogada de la 'influencer' ya ha anunciado su intención de presentar un recurso.
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