El diputado asturiano Isidro Manuel Martínez, a su llegada a la Junta de Portavoces en el Congreso de los Diputados el pasado mes de abril. EFE

El diputado Oblanca da positivo tras un mes ayudando como enfermero en Gijón

«Ojalá cuando acabe esta tragedia los sanitarios no tengan que mendigar contratos», dice

Ramón Muñiz

Gijón

Miércoles, 13 de mayo 2020, 14:35

El diputado asturiano Isidro Martínez Oblanca, ha dado positivo en el test rápido de coronavirus al que sometió esta mañana en el Hopistal de Cabueñes y está confinado a la espera de la confirmación de la prueba PCR. Martínez Oblanca, que ... representa a Foro Asturias en el Congreso de los Diputados, llevaba desde principios de abril ayudando como enfermero en el Hospital de la Cruz Roja en Gijón mientras mantenía su labor parlamentaria.

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El contagio era un riesgo que dice, tenía asumido cuando pidió volver al que era su puesto de trabajo hasta que en noviembre recuperó el acta y la actividad en el Congreso. «Como tengo 63 años, mis compañeros me consideraban población de riesgo y no me pusieron en contacto con los pacientes de COVID, estaba en las plantas convencionales«, cuenta. En el último mes fue así alternando su presencia en los plenos del Congreso en Madrid con la asistencia a los enfermos en el hospital. »Mi misión era actuar un poco de enlace entre los pacientes y sus familiares, ahora que las visitas al centro están rigurosamente prohibidas. Organizaba las videollamadas y estaba en contacto con ellos; ha sido una experiencia maravillosa y difícil a la vez«, cuenta por teléfono.

Al inicio del estado de alarma Martínez Oblanca ya se había puesto a disposición del Ministerio de Defensa para colaborar como enfermero, gesto que agradeció públicamente la ministra Margarita Robles. «Había leído que se estaban preparando para levantar hospitales militares y como vivo cerca de Cabueñes e hice la mili en sanidad militar, creía que podía aportar», evoca. Como esa opción no terminó de materializarse, realizó las gestiones para ayudar en la Cruz Roja. «Tuve que hablarlo con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet y modificar antes mi declaración de actividades; como es una labor voluntaria y no retribuida al final pude hacerla», recuerda. «Soy enfermero, si en esta situación no te sientes obligado a echar una mano, no sé cuándo», remacha.

La semana pasada empezó a sentir los síntomas. Primero problemas para dormir cuando estuvo en Madrid por el Congreso, luego fiebre y el viernes una bajada de tensión mientras colaboraba en el Hospital. Encerrado en su habitación y manteniendo desde el ordenador su trabajo parlamentario, Martínez Oblanca dice estar bien y lanza una última reflexión: «Cuando toda esta tragedia acabe, ojalá logremos que se cuente más y mejor con el personal sanitario, que no tengan que estar mendigando contratos temporales».

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