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Viernes, 11 de mayo 2018, 20:11
Rico Soegiarto, de 26 años, se cruzó en las calles de Denpasar (Bali, Indonesia), con una perrita en el lastimoso estado que muestra la fotografía. Desnutrida, atemorizada, apenas sin pelaje, con la piel repleta de heridas. Se le rompió el ... corazón y decidió adoptarla, a pesar de que temía que fuese demasiado tarde para evitar que falleciese. Sin pensar en ello le abrió las puertas de su casa, le ofreció alimento, higiene y cuidados y fue ganándose poco a poco su confianza.
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Decidió darle un nombre significativo, 'Hope', que significa esperanza. Entre todo el dolor, exactamente eso es lo que Rico asegura que vio en los brillantes ojos azules de la perrita. Con la esperanza como guía, pasaron las semanas y los meses y Hope fue adquiriendo fuerza y vigorosidad. Su pelo volvió a crecer y recobró la alegría, destapándose como un animal tremendamente sociable. Poco a poco, aquella maltrecha perrita descubrió su verdadero aspecto, el de un precioso husky.
Lo creas o no, el animal que aparece en esta segunda foto junto a Rico Soegiarto es el mismo que el de la primera imagen. Es Hope después de diez meses en su nueva vida, llena de atención, cariño y alguna que otra galleta. No le faltan compañeros de juegos, porque su joven dueño vive junto a otros cuatro perros. El caso ha recordado a muchos indonesios la historia del rey Iudistira, que según la tradición hinduista alcanzó el cielo por negarse a abandonar a su perro.
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