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Ainhoa de las Heras
Miércoles, 6 de septiembre 2023, 09:19
La Ertzaintza ha logrado identificar el cadáver descuartizado y calcinado hallado en una maleta en un restaurante abandonado del monte Artxanda, en Bilbao, hace quince días, el pasado 19 de agosto. Según ha podido saber este periódico, los restos mortales pertenecen a un vizcaíno de ... 51 años que contaba con reseña policial. Los investigadores se centran ahora en buscar pistas en el entorno de la víctima que les permitan llegar hasta el autor o autores del crimen.
El antiguo y exitoso establecimiento hostelero, que cerró en 2019, se encuentra desde entonces en ruinas y sirve de alojamiento para varias personas sin hogar. Aquella noche dormían allí tres hombres. Uno de ellos afirmó haber escuchado horas antes del macabro hallazgo cómo entraban en el edificio entre dos y tres personas a las que no llegó a ver y que hablaban entre ellos en castellano. Llegaron y se marcharon en un coche a gran velocidad. Después comenzó a oler a humo, aunque él pensó que los otros dos chicos marroquíes que dormían en el Miramar habían encendido una hoguera, algo habitual, por lo que no le dio importancia. Fueron estos dos 'sin techo ' quienes encontraron los restos mortales e, impactados, avisaron a la Ertzaintza.
Según dijeron, acababan de llegar al lugar que utilizaban para dormir sobre las cinco de la madrugada del sábado del txupinazo de Aste Nagusia. Entonces, observaron en un rincón de la primera planta de la nave, cerca de la puerta, un pequeño incendio. Aún salían hilos de humo y había brasas. Al acercarse comprobaron con horror que se trataba de lo que parecían dos maletas quemadas que contenían restos humanos.
Los ertzainas y forenses que llegaron después al lugar apreciaron durante el levantamiento fragmentos de un cuerpo humano que podían tratarse de una cabeza, un trozo de pierna y las costillas. Posteriormente, en un análisis más minucioso en el servicio de patología forense del Instituto vasco de Medicina Legal confirmaron que se trataba de un cadáver descuartizado al que posteriormente se prendido fuego.
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Según los primeros indicios, a los restos mortales se les pudo aplicar un acelerante, tipo gasolina, para que la combustión fuera más rápida y efectiva. Todo apunta a que el o los autores del crimen pretendían deshacerse del cadáver reduciéndolo a cenizas. Cuando los especialistas llegaron a la nave, los restos aún estaban calientes, por lo que concluyeron que el fuego se había provocado en los momentos previos.
Respecto al lugar y la forma en la que se cometió el homicidio, el grado de carbonización de los fragmentos dificulta la investigación. En la sala de autopsias, los forenses vizcaínos concluyeron que se trataba de un hombre blanco y encontraron un posible golpe en la cabeza que, a falta de otros datos, podría ser considerado como la causa de la muerte, aunque el deteriorado estado de los restos tampoco permite descartar otras posibles hipótesis.
Tal y como explicó el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, la Policía Científica de la Ertzaintza contaba con varios dedos de la mano izquierda del fallecido que fueron sometidos a un proceso de «rehidratación para extraer las huellas dactilares». De esta forma, si la persona estaba fichada, es decir si había sido detenida previamente, podría ser identificada, un método que ya se utilizó con una de las víctimas del falso shaolín. La mujer colombiana a la que descuartizó y cuyos restos se hallaron desperdigados en bolsas en el gimnasio y en el balcón de su piso, fue identificada como Yenny Sofía Revollo gracias a la huella decadactilar.
Otra de las vías para averiguar el nombre y apellidos del cadáver de la maleta pasaba por una denuncia por desaparición. En estos casos, los familiares directos, como padres o hermanos, facilitan su ADN para un posible cotejo. Los agentes analizan las imágenes de las cámaras de vídeovigilancia instaladas por la zona por si pudieran haber recogido la llegada del misterioso coche en plena madrugada. Los teléfonos móviles, como en cualquier investigación criminal, podrían aportar también información relevante. La principal hipótesis apunta a un posible ajuste de cuentas.
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