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MIGUEL ROJO
GIJÓN.
Martes, 12 de abril 2022, 01:15
Imagínese que es usted un insecto, que va sobrevolando el río Navia y que, de repente, en vez del verde de la ribera se topa con un cuidado jardín en el que cientos de flores de los más diversos colores le invitan a posarse sobre ... ellas. Así sucede en la pequeña aldea de Pena da Nogueira, en Lugo, a pocos metros de la frontera con Asturias, donde la Asociación Corripa acaba de dar forma a ese particular vergel para insectos en colaboración con el vecino Ecomuseo de El País del Abeyeiro, propiedad de Alberto Uría Moreno. 3.500 metros cuadrados de escogidas flores para atraer a los insectos polinizadores de la zona que, además de un nuevo recurso turístico, es también una nueva herramienta de educación ambiental y, sobre todo, un paraíso para los investigadores y científicos. Abejas y avispas portasierra, moscas florícolas, mariposas y escarabajos florícolas son los potenciales clientes de este hotel para insectos de cinco estrellas que, además, cuenta con una espectacular guía para mostrarlo al mundo.
Además de plantar flores, se crearon diferentes refugios para abejas solitarias, mariquitas, crisopas y otros insectos beneficiosos, pues son ellos los responsables de la polinización y por tanto de la conservación de la mayor parte de los ecosistemas naturales, así como de la producción de frutos que sirven de alimento a cientos de especies de aves y mamíferos. Además, la producción de semillas y la calidad de las mismas -y por lo tanto la regeneración natural de prados y bosques- dependen en gran medida de la intervención de los insectos.
Para dar muestra de la importancia del proyecto, se puede mencionar que en la guía, que acaba de ver la luz, participan entre otros dos Premios Príncipe: el paleontropólogo Juan Luis Arsuaga y el biólogo Alfonso Esquivel; los entomólogos Félix Torres y Oscar Aguado, el botánico Bernabé Moya y la ambientóloga Vanessa Paredes, presidenta además de la Asociación Corripa. Todos participan con sus artículos en una guía ilustrada por el fallecido artista asturiano Fernando Fueyo, quien con su característica meticulosidad da vida a través de sus pinceles a mariposas, insectos y flores con todo lujo de detalles. Tanto es así, que el jardín de polinizadores de Pena da Nogueira, a modo de homenaje, ha sido bautizado con su nombre: el jardín Fernando Fueyo.
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