Coronavirus | La hostelería tacha de «despropósito» el plan de desescalada porque la aboca «a la ruina»

El proceso de desescalada de la actividad social y económica se vaticina tan duro o más que el propio control de la epidemia del COVID-19. Primero, porque las medidas planteadas en cada fase por el Gobierno central son consideradas «inviables» por sectores como el hostelero. Pero también porque, lo advirtió ayer el propio presidente del Principado, los errores podrían tener consecuencias graves y provocar retrocesos en el camino hacia la «nueva normalidad». «Si lo hacemos bien, en dos meses habremos concluido la transición hacia una etapa distinta, pendiente de la aparición de una vacuna o tratamiento eficaz contra el coronavirus. Si lo hacemos mal, este periodo de transición puede prolongarse por muchos meses, con retrocesos», alertó Adrián Barbón, quien nuevamente hizo un llamamiento a la responsabilidad individual para superar las diferentes etapas que se plantean con éxito.

Pero para los hosteleros no es una cuestión de responsabilidad, sino de viabilidad. Viabilidad económica. La patronal turística Otea y la Unión de Hosteleros de Asturias consideran que las medidas planteadas por Sánchez no son compatibles con mantener abiertos sus equipamientos y se muestran especialmente críticos por la falta de consenso con el sector. «No entendemos este anuncio cuando se están preparando en el ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española) las medidas para una reapertura ordenada y que permita la supervivencia de los negocios», denunció el presidente de Otea, José Luis Almeida. Dice estar «decepcionado» y «angustiado» por lo que pueda ocurrir en un proceso de desescalada al que el Ejecutivo nacional ha puesto plazos «antes de tener los protocolos».

Argumenta el sector que adaptar sus negocios a las limitaciones de aforo que se plantean -30% de las terrazas en la siguiente fase- sin ningún tipo de medida de apoyo complementaria no resulta rentable y llevará al empresario a la ruina. «Es inviable económicamente», reitera Óscar Gavino, presidente de la Unión de Hosteleros de Asturias, quien entiende que para abrir los negocios en estas condiciones sería necesario mantener parte de la plantilla bajo el paraguas del ERTE. «Hasta que no se vuelva a la normalidad tienen que seguir los ERTE y las ayudas puestas en marcha», coincide el presidente de Otea. Almeida pide también «garantías económicas» como exenciones fiscales y de tasas municipales, además de nuevas líneas de financiación, porque «continúan siendo insuficientes». «No vamos a permitir unas aperturas que supongan la ruina de nuestros negocios», resuelven desde la patronal, mientras que la Asociación de Hosteleros amenaza incluso con «movilizaciones, en coche».

Los comercios celebran que, al menos, se empiece a ver el final del túnel, si bien critican también la «imprecisión» por parte del Gobierno central. Urgen la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de las medidas recogidas en cada una de las fases de la desescalada planteadas por el Gobierno central para que el sector pueda comenzar a trabajar sobre «una base normativa» en un proceso de desconfinamiento que garantice la «seguridad» de los trabajadores y de sus clientes, pero también el «confort» que los usuarios buscan cuando acceden a un comercio. «Estamos seguros de que podremos conseguirlo, pero necesitamos una base normativa», insiste Carmen Moreno, gerente de la Unión de Comerciantes del Principado.

Pese a las fuertes críticas que el plan de desescalada recibió ayer por parte de hosteleros y comerciantes, el Ejecutivo de Adrián Barbón daba el visto bueno al documento. «Es positivo con respecto a los contenidos específicos, y también desde el punto de vista estratégico», anotó Cofiño. No obstante, desde el Principado se estudia ya la posibilidad de plantear alternativas complementarias a alguna de las medidas para que el documento nacional tenga en cuenta las singularidades de Asturias.

El también consejero de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático explicó en este sentido que el Principado sigue trabajando en su propio plan de salida que hará llegar la próxima semana al Ejecutivo nacional con las peculiaridades propias de esta región, si bien indicó que el grupo de expertos constituido para realizar este trabajo «reconducirá» sus pasos «acompasarlos» al plan nacional presentado este martes. «Vamos a analizar medida a medida y propondremos alguna alternativa si fuera el caso en algunas de ellas, pero bajo el prisma de que nuestra hoja de ruta sea complementaria al desarrollo de este plan para contemplar las singularidades asturianas, que sin duda hay», explicó.

Cofiño también insistió en que, teniendo en cuenta el inicio de esta desescalada, es necesario extremar las medidas de prevención relativas al distanciamiento social y a la protección con guantes y mascarillas, dado que se asumen «determinados riesgos».