La zona del Campo Valdés, en 1909.

Las Termas, a tres pesetas

Más de 20 años antes de la inauguración de su museo, se ofertaban ya entradas para visitar los baños romanos, aunque sin guía; solo entrar

Lunes, 17 de julio 2023, 02:37

Se entraba por otro sitio diferente, se veía mucho menos de lo que hoy se ve y, sobre todo, peor... Pero se entraba. 70 años después de haber sido descubiertas en el transcurso de unas obras de alcantarillado, las termas romanas de Gijón podían ya ... visitarse por tres pesetas, «en horario de once de la mañana a dos de la tarde, y de cuatro a siete». «Las termas romanas», decíamos, «son un buen atractivo para todo aquel que se acerca a Gijón con inquietudes por conocer nuestra historia». Aunque había que poner ganas. La época de funcionamiento de las termas, de los siglos I a V, quedaba ya lejos para la memoria de los visitantes, y nada ni nadie explicaba, en aquellas visitas de a menos de a duro, lo que se podía ver.

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«Precisan de una ampliación, investigando en busca de poder ofrecer algo más que el hipocausto», decíamos. El resto del yacimiento se había tapado décadas atrás, descartándose la posibilidad de aprovechar las obras de reconstrucción de la iglesia de San Pedro, tras la Guerra Civil, para estudiar más. Pero, además, «es indispensable poner un buen guía que allí dé cuenta a los visitantes de cuantos datos le sean solicitados. Cuidar las termas romanas y mostrarlas a los turistas es poco, por muy buena voluntad que se ponga en el cometido. Hace falta hallar, por lo menos para la temporada estival, un guía idóneo, a poder ser políglota, para que cuanto allí hay de interés se ofrezca a los visitantes con pleno conocimiento de causa».

Aún faltaba. Las termas no serían declaradas Bien de Interés Cultural hasta 1987, cuando comenzó a pensarse en excavarlas de forma más amplia. Eso ocurrió en 1990, dentro del 'Proyecto Gijón de Excavaciones Arqueológicas', de la mano de Carmen Fernández Ochoa. Levantar el museo, una petición que, como se ve, hundía sus raíces más de veinte años atrás, fue otro cantar. Se inauguró en 1995 y las obras, en extremo polémicas, se iniciaron en 1993. La oposición popular, y también del párroco de San Pedro, haría rebajar la altura de la plataforma proyectada en 1,5 metros y eliminar la proyección de elementos verticales. Las más importantes empresas, ya se sabe, nunca son fáciles.

1973. Hace 50 años.

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