Llega la epidural a Cabueñes

El procedimiento era sencillo: en un momento de la dilatación, se inyectaba un anestésico «en la zona epidural de la columna vertebral», produciéndose «una notable reducción del dolor» en el proceso del parto. «Los expertos consideran que se trata de una técnica que, pese a llegar con varios años de retraso, permite que las embarazadas entren en el siglo XXI de la medicina». Eso sí: no podrían aplicarse la epidural «aquellas embarazadas que sufran una infección local o general, padezcan trastornos de coagulación, hemorragias, obesidad o cardiopatías».

La novedad que ofrecía Cabueñes con respecto a otros hospitales asturianos era que, salvo en los casos antedichos, la anestesia se ofrecería a «todas las mujeres que lo deseen», habiéndose, incluso, reforzado «los servicios de Anestesia y Ginecología con la intención que dicho programa pueda desarrollarse tanto en días laborales como festivos. También se prevé la creación de una consulta específica de anestesia para informar a las embarazadas sobre las ventajas y contraindicaciones de la epidural». Siete años después, 7 de cada 10 mujeres asturianas optaban ya por el parto sin dolor. Luego cambiarían las tornas... pero esa ya es otra historia.