Borrar
Descubrimiento del busto de Dionisio Cifuentes.
El gran benefactor

El gran benefactor

Se descubrió en Somió el busto a su ilustre vecino, Dionisio Cifuentes (1859-1951), que trajo grandes progresos a Gijón

Domingo, 18 de junio 2023, 01:34

1973. Hace 50 años.

Si alguien se merecía un busto en Somió, ese era Dionisio Cifuentes Suárez. Y se le puso. Hace ahora, concretamente, medio siglo, y con la presencia del alcalde de Gijón, Luis Cueto-Felgueroso; Ricardo de la Viña, presidente de la Asociación de Cabezas de Familia de Somió; el escultor, González Macías, y Fernanda Cifuentes, prima del filántropo. «Su villa natal no ha olvidado tantos favores y su vida entera dedicada a su pueblo», dijimos, por entonces. La ciudad mostraba, «con este monumento levantado a su memoria a las generaciones venideras el ejemplo de un hombre, hijo de Gijón, para que les sirva como recuerdo permanente de emulación».

Buen ejemplo era. Nacido en 1859, en Somió, Dionisio Cifuentes había emigrado a La Habana siendo un niño, y volvió, con mucho dinero en el bolsillo, en 1900. Tenía por delante medio siglo de filantropía, el sentimiento que llevaba a Cifuentes, por ejemplo, a costear comidas extraordinarias de navidad en la cocina económica; a colaborar con la Escuela Laica, en el Sporting de Gijón o, sobre todo, con el grupo Covadonga. Son incontables los logros de Dionisio Cifuentes, que moriría soltero, volcado como andaba siempre al negocio y a la generosidad. Fue el empresario, por ejemplo, que construiría el Gijón Cinema o que financió el arreglo de los caminos y de la iglesia de su adorado Somió.

«Dedicó su vida en favor de su pueblo y de sus hombres», decíamos en 1973. «Él fomentó la industria, dándole nuevos impulsos hasta entonces desconocidos. Prestó auxilios necesarios para que muchas obras culturales de nuestra villa prosiguieran adelante con su quehacer. Ayudó generosamente a la erección de nuevos templos derruidos durante la guerra civil española. Demostró siempre un corazón generoso para cuantas personas se le acercaron solicitando su apoyo y ayuda, a lo que nunca supo negarse, tal era su ánimo». Ahora, el recuerdo de Dionisio Cifuentes se materializaba en un busto en bronce en la plazoleta de Villamanín. Ahí sigue, medio siglo después, a más de 70 años de la muerte de un hombre bueno.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio El gran benefactor