OLGA ESTEBAN
gijón.
Sábado, 14 de marzo 2020, 03:11
Las autoridades han insistido desde el principio: los mayores son población de riesgo. Los de más riesgo, de hecho, junto a aquellos que tienen patologías previas. El Principado empezó a tomar medidas pensando exclusivamente en esta población a mediados de semana, cuando se ordenó ... el cierre de los centros sociales públicos para personas mayores y se recomendaban medidas de protección en otros equipamientos. Se fijó después que los residentes pudieran recibir la visita de una sola persona al día. Todo cambió ayer. Las decisiones para evitar la propagación exponencial del coronavirus se han endurecido. También para ellos. Son un grupo «vulnerable».
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El Boletín Oficial del Principado publicó ayer todas las medidas preventivas y recomendaciones acordadas por el Gobierno regional. Para empezar, ratifica el cierre de los centros sociales durante 14 días (al menos), tanto los de titularidad regional como municipal. Pero hay mucho más. Quedan aplazadas todas las consultas sanitarias de todos los residentes de los centros adscritos a la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar y al ERA, «salvo las urgentes o preferentes».
Pero es que la situación ha llevado también a suspender los ingresos en las plazas residenciales del ERA, «salvo los casos urgentes o por orden judicial». Se ha procedido también a la suspensión de la actividad de los centros no residenciales de atención directa, así como a los centros de día (y otros equipamientos relacionados con otros sectores, como las unidades de Atención Temprana y los programas de terapia).
Pero, sin duda, una de las medidas que más va a afectar a muchas familias es la prohibición de visitar a los residentes. El BOPA lo deja claro: «Se restringen todas las visitas a las personas residentes en plazas públicas y concertadas dependientes del ERA, así como en centros adscritos a la consejería, «salvo circunstancias excepcionales y previa autorización de la dirección del centro». Esta fue una de las medidas que más confusión generó durante la mañana de ayer. Algunos establecimientos no tenían del todo claro qué significaba «restringir». A lo largo del día quedó claro: no habrá más visitas. En algunos establecimientos se permitió que un familiar accediera ayer solo cinco minutos. Una especie de despedida hasta nueva orden. Las residencias privadas se han sumado a todas estas medidas.
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Finalmente, se han suspendido todas las valoraciones de la situación de dependencia y discapacidad y todas las actividades «de prevención y promoción de la autonomía personal y aquellas que no sean de carácter asistencial». Y, sobre todo ello, la principal recomendación, que es casi una obligación: que los mayores se queden en su vivienda o residencia habitual.
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