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Cristian reino
Barcelona
Martes, 22 de octubre 2019
Puentes medievales destruidos, árboles arrancados, casas arrasadas, coches arrastrados, pueblos anegados... Las lluvias torrenciales han dejado un panorama devastador en Cataluña, especialmente en la comarca por la que fluye el río Francolí, en Tarragona, que este miércoles llegó a multiplicar por mil su caudal ... en algunos puntos. En varias localidades llegaron a caer hasta 292 litros por metro cuadrado, una cifra sin precedentes en los últimos cincuenta años, según informó el Servicio Meteorológico. La tromba recuerda por su intensidad y consecuencias a la gota fría que en 1994 castigó también las comarcas de Tarragona, donde causó importantes destrozos y la muerte de diez personas. Por el momento, sólo una persona ha fallecido, aunque otras cinco permanecen desaparecidas.
La víctima, de 75 años y originario de Arenys de Munt, en la comarca del Maresme, apareció sin vida a primera hora en una playa cercana. Una imprudencia apunta como posible causa de su muerte. Según las primeras investigaciones, el hombre trató de acceder a su coche, que estaba aparcado en la riera pero salió arrastrado por la corriente y no pudo agarrarse a nada. «La gente ha perdido miedo a las rieras, pero debe saber que cuando llueve no hay que acercarse a ellas», apuntó Josep Sànchez,el alcalde de esta localidad barcelonesa, que ha decretado dos días de luto. El Ayuntamiento dio dos avisos previos a los vecinos de la riera para que retiraran sus coches ante la gran cantidad de agua que caía en el municipio. «No tuvo precaución», insistió el regidor. Durante toda la mañana se especuló con que el temporal se habría cobrado una segunda víctima mortal en L'Hospitalet de Llobregat que, finalmente, perdió la vida atropellado por un Cercanías.
Los servicios de emergencia y Protección Civil buscan en Tarragona a cinco desaparecidos. En Vilaverd, tratan de localizar a una madre y a su hijo, de 70 y 40 años, respectivamente. Ambos estaban el martes por la noche en una caravana junto a otras cuatro personas cuando la riada se los llevó. Horas después, un familiar informó de la desaparición de dos personas a poca distancia, en la Espluga de Francolí. Los equipos de rescate localizaron posteriormente el coche en el que iban, sin que hubiese rastro alguno de sus ocupantes.
En la misma localidad tarraconense, los Mossos buscan a un camionero de origen belga cuyo vehículo se ha localizado en el río Francolí, después de que el consulado de Bélgica diese la voz de alarma. Además, una niña de 7 años y una mujer de 35 resultaron heridas, aunque su estado no es grave, debido a los destrozos que la lluvia torrencial causó en el cámping de Gualba, en Barcelona, donde se encontraban alojados.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el conseller de Interior, Miquel Buch, tienen previsto desplazarse en las próximas horas a los lugares más afectados por el temporal. «Una vez más en este país, ante una emergencia, los profesionales responden de manera admirable», aseguró Torra tras visitar el centro de mando de los equipos de emergencia en La Riba. Según explicó Buch, las fuertes lluvias han provocado el corte de 60 carreteras y han dejado a 30.000 abonados sin luz. Además, hay puentes y edificios caídos y varias líneas de ferrocarril sin servicio.
Una de las mayores pérdidas materiales se produjo en la localidad tarraconense de Mont Blanc, donde el desbordamiento del río Francolí engulló el Pont Vell, un puente de cuatro ojos que data del siglo XII y que ha sido reconstruido varias veces, la última en 1966. El agua, que anegó los bajos de la población, llegó a penetrar en a sede del Archivo Histórico situado en el antiguo hospital de Santa Magdalena.
Antes de provocar el caos en Cataluña, las tormentas dejaron 142 incidentes en Baleares, desde donde entró el frente a la Península. Posteriormente, se desplazó a Cantabria, obligando a las autoridades a poner en marcha el plan especial ante inundaciones debido al crecimiento de los ríos. El fuerte temporal mantuvo en alerta a Asturias, ante la crecida del río Sella, que llevó a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico a activar la situación de seguimiento de otros seis ríos.
La cornisa cantábrica tampoco se ha librado de los efectos de la depresión aisladas en niveles altos (DANA) que ha barrido la península Ibérica. Las fuertes precipitaciones han desbordado ríos en el País Vasco, Cantabria y Asturias.
Las tres provincias vascas están en alerta naranja por las fuertes precipitaciones que se esperan, mientras que en el Principado y Cantabria la situación se ha traducido en carreteras y vías férreas cortadas, fallos en el servicio électrico y teléfonico y la suspensión de las clases en varios municipios.
La situación podría agravarse, dado que las riadas coincidirán esta tarde con la pleamar con lo que podrían producirse inundaciones en las desembocaduras de los rios, ya por si desbordados. Durante la mañana los servicios de emergencia antendieron ya numerosos avisos por inundaciones o vehículos atrapados.
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