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La justicia francesa entregará hoy a España a la exdirigente etarra Iratxe Sorzabal para ser juzgada por los atentados perpetrados contra los antiguos juzgados de Poniente y la farmacia Palacio, en Gijón, en 1996. Ambos causaron daños materiales, aunque por fortuna no se produjeron víctimas. ... Sorzabal tendrá que rendir cuentas por ambos delitos, los días 7 y 8 de febrero, en la Audiencia Nacional. «Hemos colocado un explosivo en la farmacia Palacio, en la calle de Manuel Bañeza». Una voz femenina que más tarde se comprobó que correspondía a Sorzabal, detenida un año después, telefoneó el 2 de noviembre de 1996 a Protección Civil avisando del propósito de la banda. Erró en el nombre de calle –Manuel Llaneza– y antes de colgar añadió:«Asturias, libre».
En el negocio propiedad de Daniel Palacio, difunto marido de Paz Fernández Felgueroso, exalcaldesa de Gijón y que hasta pocos meses antes del suceso ocupaba la Secretaría de Estado para Asuntos Penitenciarios, el explosivo tuvo una escasa incidencia por un fallo del detonador que ETA había colocado con medio kilo de amonal. El artefacto se encontraba dentro de una olla de aluminio, de unos cinco litros de capacidad, que estaba metida en una bolsa de basura adosada a la cristalera de la botica.
La segunda de las explosiones, que ocasionó importantes daños materiales, se produjo tres horas después, a las seis de la mañana. Treinta minutos antes, a las 5.27 horas, Sorzabal avisó de la colocación del artefacto. Veinte kilos de amonal colocados a las puertas del edificio judicial de Poniente, a punto de ser inaugurado, hicieron explosión al no darle tiempo a los Tedax, que se habían desplazado a la farmacia, a intervenir. Causó desperfectos en las cristaleras de la entrada principal y en todas sus plantas, así como en otros inmuebles y en algunos vehículos aparcados en las inmediaciones. Ambos atentados fueron reivindicados por ETA en el diario Gara días más tarde.
Según la Fiscalía, que pide para Sorzabal una pena de 46 años de prisión, fue ella quien colocó el artefacto en la farmacia Palacio, con la colaboración de otros miembros del comando Ibarla. Respecto a la explosión en los juzgados, el ministerio público apunta que la etarra se encontraba esperando en un aparcamiento próximo.
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