Flechas contra jabalíes
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El abandono del campo y la agricultura ha provocado que estos animales tengan más facilidad para encontrar alimentos, mientras que su capacidad de reproducción no se ve mermadaEnfundados con un traje de camuflaje y un arco a la espalda, Álberto López comienza su jornada. Parece una grabación de una nueva entrega de Robin Hood, pero no es ficción. Es el día a día del Servicio de Control con Arco de Especies Silvestres ( ... SCAES). De norte a sur y de este a oeste, estos grupos especializados en caza con arco se reparten por toda la península ibérica con varios encargos, uno de ellos es perseguir a los jabalíes.
Cuando las cámaras de los teléfonos móviles comenzaron a captar con más frecuencia la presencia de estos animales en zonas urbanas, la recuperación de esta actividad ancestral se hizo más necesaria. Estos grupos ya están presentes en varias ciudades españolas: Oviedo, Gijón, Vigo, Alicante, Dénia, la zona norte de Madrid, Málaga o Mijas son algunas de ellas.
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José A. González
Apostados en los árboles y en la oscuridad de la noche, estos arqueros cargan las flechas para acabar con las piaras de jabalíes que cada vez son más frecuentes en los entornos urbanos. «El contexto es complejo y cada zona es diferente, pero cada vez bajan más a las ciudades por el abandono del campo», explica Juan Herrera, experto cazador de jabalíes.
El abandono del campo de los últimos años ha puesto a disposición de esta especie una superficie forestal que les da alimento y le sirve para refugiarse. España es el segundo país de Europa con mayor número de hectáreas de bosques: 28 millones. Una cifra solo superada por Suecia.
En los últimos cien años, el paisaje español ha cambiado profundamente y ha reverdecido. Los ecosistemas forestales españoles ocupan algo más de la mitad (56 %) del territorio nacional. «Esto es debido al éxodo rural hacia las ciudades», añade Herrera. La ausencia de gestión de estos entornos devuelve la vida a la naturaleza y suelen crecer, dependiendo de la zona, robles y encinas que producen bellotas, por lo que los jabalíes pueden alimentarse gran parte del año de ellas.
No obstante, estos animales pueden comer prácticamente de todo. Sin una dieta especializada, cualquier basurero es un buen menú con el que saciar su hambre. «Las ciudades están cada vez más pobladas y generan más residuos. Además, hay espacios verdes donde encuentran tranquilidad», relata este cazador. Así se ha proporcionado el entorno idóneo para que estos moranes se conviertan en merodeadores habituales de calles y hasta playas.
Las visitas a urbanizaciones y barrios son ya tan frecuentes que quedan inmortalizados en titulares de periódicos, minutos en televisión y vídeos verticales en TikTok e Instagram. En estas zonas, la caza se produce sin armas de fuego. «Está prohibido por ley», recuerda Herrero. Aunque la persecución de estos animales se suele hacer unos kilómetros más allá de las urbanizaciones.
La presencia de los jabalíes en las fronteras nacionales se ha disparado en los últimos años. «Están en casi todas las partes, por no decir todas», advierte Josep Escandell, presidente de la Real Federación Española de Caza. «No sabemos la cifra exacta de estos animales», añade.
La presencia, según cuenta a este periódico fuentes del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), alcanza al 90%, pero «es imposible dar un número, porque es un animal nocturno y muy difícil de contabilizar», aclara Joaquín Vicente, profesor titular de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en el IREC. «Todo son estimaciones», apostilla.
Actualmente, para hacer el cálculo se utilizan las estadísticas de caza y esta cuestión está bajo el control de las comunidades autónomas, lo que dificulta tener cifras unificadas. El indicador -así lo llama el presidente de la Real Federación Española de Caza- apunta a más de un millón de ejemplares por toda España. «Las capturas están en torno a las 400.000 y 450.000 al año», aclara. Un guarismo que «en los últimos años se ha duplicado», declara Escandell.
434.000 jabalíes
se capturaron en 2021
Según la base de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la caza, ya sea por batidas o monterías, ha ido aumentando exponencialmente desde 1985 hasta 2021. El dato ha pasado de los 32.000 de mediados de los años 80 hasta los 434.000 que se capturaron en 2021. Esto supone un crecimiento del 1.200% en 36 años.
Bajo este escenario, las previsiones del IREC son más pesimistas en cuanto al número final de ejemplares. «Puede que la cifra se duplique en 2025», responde Vicente al otro lado del teléfono. Eso supondría que, al menos, dos millones de jabalíes correrían libremente por los campos e incluso ciudades españolas.
Las administraciones públicas se enfrentan a un doble reto desde hace un par de años. Por un lado, el conteo de esta especie y, por otro, su control. Para el primero, el Ejecutivo central trabaja desde el año pasado en la creación de un censo a nivel nacional -con datos recopilados por fototrampeo- que indique la densidad de jabalíes por kilómetro cuadrado, algo que ayudará a comparar territorios y a saber si las medidas puestas en marcha están sirviendo de algo o hay que reforzarlas. Mientras, el IREC ha creado una aplicación móvil -llamada iMammalia- para que los ciudadanos ayuden a monitorizar la presencia del jabalí u otros mamíferos.
Para el segundo, «se han usado trampas, terapias de infertilización con las hembras...», enumera Escandell. «Y todas han resultado fallidas», aclara.
Por el momento, «lo más efectivo está siendo la caza», destaca Joaquín Vicente, profesor titular de la Universidad de Castilla-La Mancha en el IREC. «Necesitamos la ayuda del sector», comenta. Diferentes autonomías, entre las que se encuentran Andalucía, Murcia, Cataluña, Castilla y León, Comunidad Valenciana o Galicia, están dando facilidades para que los cazadores puedan abatir a los jabalís, ya sea en todo el territorio o en determinadas localidades con sobrepoblación. Amplían la época de caza y las técnicas permitidas, pero es una estrategia que solo ataca un flanco.
Sin embargo, «sigue habiendo un problema: los jabalíes son muy inteligentes». Primero se adaptaron a las trampas de los cazadores hasta llegar a ignorarlas. Ahora, han aprendido que la presencia de cazadores ponen en peligro su vida, lo que ha provocado que la distancia de tiro pase de los 15 metros a los 20. Un reto más.
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