«Ángel Silva pasó por el mundo haciendo el bien»

Ángel Silva, cofundador de La Cruz de los Ángeles -germen de la institución que después pasaría a llamarse Mensajeros de la Paz- falleció ayer a los 87 años en Gijón. Este mierense era amigo desde la infancia del Padre Ángel y, aunando fuerzas e ilusiones, juntos pusieron en marcha un proyecto social de gran prestigio que ha ido creciendo y extendiéndose por el mundo hasta llegar a más de 75 países: cuenta con más de 1.000 trabajadores y 300 voluntarios. «Ángel Silva ha sido un gran tipo y una persona que ha pasado por el mundo haciendo el bien. Seguro que se encontrará en el cielo con don Gabino, Vicente Ferrer, Teresa de Calcuta... y con muchos de los niños y niñas a los que ayudó y, por desgracia, nos dejaron», lamentaba el Padre Ángel tras conocer su fallecimiento.

En aquellos años 60 ambos eran curas. «Y, a veces, en vez de estudiar, nos íbamos juntos a ayudar a los gitanos de Oviedo», contaba el Padre Ángel. Pronto, al amparo de la asociación La Cruz de los Ángeles, que crearon en 1962, comenzaron a habilitar hogares para que los niños huérfanos no tuvieran que pasar su infancia en hospicios. «Creamos casas en las que vivían seis o siete chavales. Fuimos Quijotes, porque, en esos inicios, no teníamos nada», recordaba el Padre Ángel en una entrevista a este periódico el año pasado con motivo de los sesenta años del nacimiento de la institución.

Para financiarlas, organizaban tómbolas, y pronto se extendieron por el resto de la geografía española. Eso sí: Silva dejó el sacerdocio en 1972 para casarse con Clementina Olmo, con la que tuvo dos hijos, Ángel y María Teresa Silva, y, más tarde, tres nietos. La misa funeral por su eterno descanso se celebrará esta tarde, a las 17.30 horas, en la iglesia de Santa María la Real de la Corte, en la calle de San Vicente de Oviedo, y, según confirmaban ayer desde Mensajeros de la Paz, será presidida por el Padre Ángel. Previamente, los restos mortales de Ángel Silva serán incinerados en el Tanatorio de Cabueñes, por donde ayer pasaban multitud de amigos y familiares a confortar a su familia.

El director general de Mensajeros de la Paz, Sergio Mella Aceves, también se despedía del que fue fundador de la iniciativa solidaria. «Personalmente, confío en que donde esté seguirá apoyándonos, junto a otros colaboradores que nos dejaron: Inmaculada, Lucía, Félix, Merche... y, por supuesto, con mi padre, Pedro Mella. Su dedicación y compromiso con las personas que más sufren será siempre una inspiración para todos y todas los que trabajamos en Mensajeros de la Paz y su legado en nuestra organización será siempre recordado», aseguraba. «En estos momentos difíciles, desde Mensajeros de la Paz queremos expresar nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de Ángel Silva, así como a todas las personas que lo conocieron y trabajaron con él».

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