Estafa a una mujer haciéndose pasar por un astronauta que necesita dinero «para volver a la Tierra»

Las estafas románticas están a la orden del día. La proliferación de aplicaciones como Tinder, que en 2021 la aplicación obtuvo 78 millones de descargas, contribuyen al nacimiento de relaciones virtuales en las que todo puede ser verdad o mentira. Tener una relación afectiva a través de plataformas en línea es algo cada vez más frecuente aunque también presenta sus riesgos.

Los timadores suelen extender las raíces de sus engaños en tres fases. Primero, crean un perfil falso. Una vez establecido el contacto con las víctimas potenciales, personas en busca del amor, muestran exceso de confianza y, cuando ya se han ganado a su interlocutor, aparece un problema de índole económico.

Netflix llevó a la pequeña pantalla la historia real de Simon Liev, un ciudadano israelí condenado por robo, falsificación y fraude que entre 2017 y 2019 pudo apropiarse de unos 10 millones de dólares de sus víctimas a través de una estafa piramidal utilizando sus encantos personales. Ahora, la historia de un nuevo y surrealista timo ha dado la vuelta al mundo.

Una mujer japonesa de 65 años ha sido engañada por un hombre que se hacía pasar por un astronauta ruso que se encontraba en una misión en la Estación Espacial Internacional. Según publica el 'Daily Mail', ambos se conocieron por Tinder y, en la supuesta soledad de su viaje, él le convenció del nacimiento de una historia de amor.

Ella se lo creyó todo, incluso su deseo de casarse con ella en cuanto volviera a la Tierra. Para conseguirlo necesitaba, sin embargo, una gran cantidad de dinero que cubriera «los gastos de cohete y de aterrizaje». Le pidió 4,4 millones de yenes (30.000 euros), que ella envió solícita. Solo comenzó a sospechar cuando, en lugar de regresar, le pidió más dinero.

Fue entonces cuando puso el caso en manos de la Policía. No siempre ocurre. Las estafas románticas muchas veces permanecen ocultas por la vergüenza que sufren las víctimas al ver con perspectiva la facilidad con la que han sido engañadas. Las autoridades echaron finalmente por tierra las aspiraciones románticas de la enamorada y le confirmaron que había sufrido una estafa. Su amado nunca apareció y su rastro se perdió como una nova en el espacio. Quizás aún sobrevuele el universo Tinder, buscando una nueva presa sobre la que orbitar.

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