Falleció en Lugo y lo hizo dejando un mensaje muy claro. La esquela de una mujer gallega ha dejado a su familia anonada y avergonzada a partes iguales para sorpresa de propios y extraños.
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María Paz Fuentes Fernández dejó por escrito unas instrucciones ... muy claras en su obituario. Quería que a su despedida, tanto en la iglesia como en el cementerio, acudieran solo un número exacto y muy definido de personas para bochorno y sonrojo del resto, y así, en su esquela se puede leer una lista de quince nombres y tres puntos suspensivos. «Al resto de gente que jamás se preocupó durante mi vida, les deseo que sigan tan lejos como estuvieron», concluye.
Sin duda, un último recado a sus familiares «de sangre». Toda una declaración de intenciones.
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