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MELCHOR SÁIZ-PARDO
MADRID.
Sábado, 4 de abril 2020, 02:17
Era, desde hace varios días, el temor del Gobierno y se ha hecho realidad. España, a pesar de ver con días de antelación la devastación que el coronavirus estaba provocando en Italia, ya está a su nivel en número de infectados, tras alcanzar ... los 117.710 positivos. El país transalpino, después de actualizar a última hora de la tarde de ayer sus cifras, solo contabiliza 2.117 positivos más, una ventaja que hoy desaparecerá porque los contagios en España siguen creciendo a mayor ritmo.
Los datos de ayer de Sanidad subrayan que, no obstante haber superado el pico infectivo, el virus sigue propagándose a una velocidad de vértigo, pues en apenas ocho días España ha duplicado el número de contagiados. Es más, en solo dos semanas, los casos se han multiplicado por seis. Y eso que, tal y como reconocen responsables del ministerio que dirige Salvador Illa, las cifras de positivos están claramente infravaloradas porque solo se realizan unos millares de test cada día y son decenas de miles los pacientes contagiados que pasan la enfermedad en sus domicilios sin entrar en el recuento oficial.
España se convertirá este sábado en el segundo país del planeta con más casos notificados, solo por detrás de Estados Unidos con 245.000 infectados. Nuestro país casi dobla el número de positivos de Francia, que roza los 60.000, con una población mucho mayor.
María José Sierra, la jefa de área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, restó ayer importancia al hecho de que se estén igualando ya las estadísticas de Italia. «Hacer estos juegos de comparación cuando las evoluciones son distintas no tiene mucho sentido epidemiológico», adujo la experta, quien insistió en que España no está «en el mismo punto» de la pandemia de los otros países europeos y tampoco los diferentes Estados «comparten los mismos criterios» a la hora de contabilizar sus contagios ni sus fallecidos. Por ello, María José Sierra pidió esperar «a ver el global de cada país»una vez superada la epidemia para poder hacer comparaciones más científicas.
Pero a pesar del simbólico hecho de que España supere al país transalpino en casi 2.500 infectados, la pandemia parece entrar, ahora sí, en una fase de cierta estabilización cuando el país está a punto de cumplir su tercera semana de enclaustramiento. Ayer se computaron 7.472 casos, 630 nuevos infectados menos que el día anterior. Se trata la cifra más baja de nuevos contagiados desde el lunes y supone un incremento interdiario de 'solo' un 6%, el menor de toda la serie histórica desde que estalló la crisis. Un ritmo de propagación -insisten desde Sanidad- que confirma que la pandemia ya ha entrado en una fase de estabilización, inmediatamente previa a la de contención.
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Las cifras diarias de mortalidad, por su parte, siguieron mostrando el rostro más duro de la pandemia. Pero, por fin, ayer se rompió la dinámica de esta semana de establecer cada jornada un nuevo récord diario de fallecidos. El número de finados en las últimas 24 horas ascendió a 932. Es la segunda cifra más alta de muertos desde el inicio de la pandemia, pero fueron 18 fallecidos menos que el jueves y, sobre todo, es un incremento del 9%, el menor desde que comenzara la escalada.
Los especialistas de Sanidad confían, si no se producen disfunciones en las notificaciones de decesos por parte de las comunidades, que el jueves, con la cifra de 950 muertos, la mortalidad tocara techo. Los especialistas esperan que España nunca llegue ya a contabilizar el millar de finados diarios.
Que la pandemia evoluciona hacia la estabilización pero que lo hace más lento que las previsiones iniciales de Sanidad lo demuestran también las cifras de altas. En las últimas 24 horas fueron declarados sanados oficialmente 3.770 enfermos, lo que eleva el balance total de curados a 30.513. O sea, algo más del 30% de los infectados ya han superado la enfermedad. Sin embargo, el ritmo de aumento de altas no se dispara y hoy se situó en un 14%. Y es que se contabilizaron, de hecho, 326 altas menos que el jueves. La ratio entre altas diarias y nuevos ciudadanos contagiados, básica para ver la evolución del COVID-19, sigue también bastante estancada en los últimos días. Por cada persona curada todavía se registran dos nuevos contagiados y una epidemia no se considera bajo control hasta que son más las altas que los nuevos infectados.
La situación de las UCI, el tema que más preocupa en Sanidad, sigue siendo bastante estable. No parece que esté llegando el aluvión de ingresos que temía el Gobierno para este fin de semana y que podrían amenazar con el colapso de estas unidades. En las últimas 24 horas hubo un incremento de 324 enfermos en las UCI de todo el país, lo que supone un aumento del 5%, un ligero incremento con respecto a los últimos días, pero muy lejos de los repuntes exponenciales de hasta el 20% diario que se vivieron la cuarta semana de marzo. Estas cifras alejan por el momento el trasvase de enfermos entre comunidades, que el Gobierno todavía no descarta y para el que tiene listos varios trenes-ambulancia.
El sistema sanitario, más allá de las UCI, tampoco parece dirigirse a escenarios extremos. El número de hospitalizaciones creció el viernes en 2.524 enfermos. Es un incremento de apenas el 4%, el menor de la serie histórica, y que eleva el número total de ingresados a 56.637 personas. Son cifras -explican desde Moncloa- perfectamente asumibles por el momento para el sistema sanitario nacional, que contaba antes de la actual crisis con más de 170.000 camas.
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