SANDRA S. FERRERÍA
Domingo, 18 de abril 2021, 16:42
Ha pasado más de una década desde que la Unión Europea advirtiera a sus miembros de que tendrían que echar el cierre de las minas que no fueran rentables antes del 31 de diciembre de 2018. En el caso de Asturias, esto ... significó terminar con una de las principales actividades económicas de la región.
Publicidad
A partir de aquel anuncio, en forma de directiva europea, comenzaron ocho años en los que tanto Gobiernos como empresas, como agentes sociales y económicos, tenían que pensar en un plan B para las comarcas mineras: un camino para pasar de manera progresiva de un modelo productivo ligado al carbón hacia una economía sostenible que hiciera uso de energías renovables. Y a ello se sumaba otra fecha: el 30 de junio de 2020 se ponía fin a las térmicas del carbón que no hubieran realizado las inversiones necesarias para rebajar sus emisiones contaminantes.
En este contexto, conocido como descarbonización o transición justa, juegan un papel fundamental las energías renovables llamadas a abastecer ya no al futuro, sino al presente. En concreto, en Asturias van haciéndose hueco los parques eólicos, cuya normativa precisamente se está revisando ahora con el fin de poder desplegar estas instalaciones también en el centro de la región.
Actualmente, el territorio asturiano cuenta con 22 parques eólicos en funcionamiento, principalmente en el Occidente asturiano. Estas infraestructuras suman un total de 611,33 megavatios. Los últimos en entrar en funcionamiento son Cordel-Vidural, Capiechamartín y Panondres, propiedad de Iberdrola, que se pusieron en marcha en febrero de este año. El primero de ellos está ubicado entre los municipios de Navia, Valdés y Villayón, y tiene 37 megavatios de potencia; el segundo se encuentra entre Tineo y Valdés (34 MW) y, finalmente, está Panondres (21 MW), entre Villayón y Valdés.
De manera paralela, tres parques cuentan con el proyecto aprobado y ya están en construcción. En total suman 97,25 MW. El primero de ellos es el de Buseco, en los concejos de Villayón, Valdés y Tineo. Impulsado por Capital Energy, se trata de la primera instalación de esta compañía en la región. Contará con 10 máquinas y 50 megavatios. Precisamente, esta compañía es una de las que mayor interés ha mostrado en crecer en la región y ya ha anunciado el desarrollo de 31 proyectos de energías renovables (que suman 1.200 MW) en Asturias, especialmente en las localidades afectadas por los cierres de las centrales térmicas.
Publicidad
También está en proceso de construcción el parque de Verdigueiro, propiedad de Iberdrola, en los concejos de Villayón y Tineo. Se trata de una instalación que cuenta con 14 máquinas y una potencia de 36,75 MW.
A ellos hay que sumar la ampliación de Penouta, en Boal, llevada a cabo por Electra Norte. Se trata de cuatro aerogeneradores con una potencia total de 10,5 megavatios.
Los planes eólicos en la región que están sobre la mesa van más allá. Dos más cuentan con autorización administrativa. Se trata de Escorpio, propiedad de Promoción Industrial y Gestión, con 27 MW y 15 aerogeneradores, que se instalará en San Martín de Oscos y Villanueva de Oscos, y Palancas, cuya ubicación será entre los concejos de Valdés y Tineo, impulsado por Costa Eólica con una potencia instalada de 15 MW a través de 10 aerogeneradores.
Publicidad
Las opciones de aumentar la capacidad eólica de Asturias no quedan ahí. En distintas fases de tramitación se encuentran 45 instalaciones eólicas que suman 815,61 MW.
Así, de llevarse a cabo todos estos proyectos en la región, la cifra de potencia sería de 1.566,19 MW distribuidos en 72 parques eólicos.
Con todo, tal y como reconoció el consejero de Industria, Empleo y Promoción Económica, Enrique Fernández, esta misma semana, la energía eólica -de alcanzar esos máximos- no suplirá la cantidad de megavatios de generación térmica con carbón con la que contaba Asturias en 2017, antes del cierre de las centrales térmicas del carbón. Hasta ahora han cerrado o solicitado el cierre 1.700 megavatios de generación térmica con centrales de carbón. En 2030 la cifra ascenderá a los 2.222 MW, momento en el que se incluirán las cinco centrales térmicas operativas en 2017 -Lada (en Langreo), Soto de la Barca (en Tineo), Soto de Ribera (en Ribera de Arriba), Aboño (entre Gijón y Carreño) y La Pereda (en Mieres)-.
Publicidad
La actual potencia que tienen los parques eólicos asturianos supone solo el 2% del total eólico nacional, mientras que en las últimas décadas Asturias había tenido un peso de al menos el 5% de la energía eléctrica generada en España.
Y ahí está uno de los motivos para proceder a la revisión de las directrices eólicas: contribuir a través de las infraestructuras eólicas a la sustitución de la capacidad energética de generación con carbón por energía renovable.
Publicidad
En términos prácticos, entre los cambios que se quieren impulsar se encuentra abrir la posibilidad de permitir proyectos en los concejos incluidos en el Plan Especial para los concejos del Suroccidente asturiano 2015-2025 (Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Ibias y Tineo). También está previsto eliminar los límites a la potencia unitaria máxima de máquinas en todo tipo de parques, evitando la obsolescencia de dicha limitación derivada de la evolución tecnológica.
Asimismo, está sobre la mesa permitir la instalación de infraestructuras eólicas en las zonas centrales y de baja capacidad (excluyendo la zona oriental). Eso sí: estableciendo unos límites totales por zona de 50 y 75 aerogeneradores, respectivamente.
Noticia Patrocinada
Con todo, tal y como ha manifestado el Principado en diversas ocasiones, se mantendrán los impedimentos actuales a la hora de acometer instalaciones eólicas en parques naturales y zonas de exclusión.
El Ejecutivo regional es consciente de que, si no se continúan habilitando fuentes de generación alternativas, en 2030 Asturias habrá perdido el 50% de su potencia eléctrica instalada por aquel entonces. La solución estaría en sumar a la eólica otros recursos renovables como desarrollos fotovoltaicos, el uso de la biomasa, el hidrógeno o los parques eólicos offshore (un ámbito que está estudiando la energética lusa EdP).
Aprovechando todas estas nuevas energías, la pérdida de empleo que trajo consigo la descarbonización (desde 2018 se destruyeron más de 1.100 empleos) y la pérdida de actividad podría verse «compensada o incluso superada», según el Principado.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.