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¿Puede el parto condicionar el fracaso escolar futuro? Es una cuestión a la que se han enfrentado muchos investigadores y a la que han tratado de dar respuestas en incontables estudios e investigaciones publicadas en prestigiosas revistas médicas. ¿Puede condicionar? Un estudio observacional que ... acaba de publicar la revista British Medical Journal (BMJ) reveló que los bebés nacidos antes de la semana 34 de gestación obtienen calificaciones más bajas en el instituto.
En España, los nacimientos prematuros se han disparado un 200,4% en las últimas dos décadas. Anualmente, nacen 330.000 niños, de los que más de 20.000 son prematuros. Todos ellos nacieron antes de la semana 37 de gestación. Estas cifras se repiten a lo largo del resto de países. Concretamente se calcula que 15 millones de bebés al año nacen antes de tiempo. Los avances y cuidados médicos, aseguran estos investigadores, han mejorado la supervivencia, han reducido la presencia de trastornos motores, sensoriales y/o cognitivos severos.
Sin embargo, «han pasado desapercibidas consecuencias más sutiles durante las primeras etapas de desarrollo», explica Javier Tubío, investigador de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). En las bibliotecas científicas y médicas se acumulan investigaciones y reflexiones sobre la relación entre el parto prematuro y la dificultad para desarrollar habilidades matemáticas y de lectoescritura. Al menos así lo revelan un estudio canadiense publicado en la revista PLOS ONE llevado a cabo por investigadores del Hospital for Sick Children y la Universidad McGill o el presentado en la British Medical Journal (BMJ) por investigadores del Imperial College de Londres y del Statens Serum Institut de Copenhague. Ellos, en sus conclusiones, unen el fracaso escolar y la prematura al nacer.«Es cierto que existen estas relaciones, pero no significa que ocurra en todos los casos», aclara Tubío. «Nosotros hemos ido más allá y hemos profundizado en la investigación».
Después de un nacimiento prematuro, la preocupación médica se centra en la falta de desarrollo de algunos órganos, entre los más importantes están los respiratorios, por la falta de maduración de los pulmones. No obstante, los avances médicos están consiguiendo que cada vez más bebés superen estas dificultades y tengan una buena calidad de vida. No obstante, una vez superados estos problemas quedan otros olvidados que se pueden presentar más adelante.
«Algunos de los procesos neurocognitivos que desarrollamos necesitan finalizarse en la vida intrauterina y si no se completan pueden repercutir sobre el aprendizaje de las matemáticas en los niños prematuros», apunta Tubío. Entender cómo afecta a su desarrollo ha sido el trabajo de investigación en los últimos meses de Tubío, de Verónica López Fernández y Sandra Santiago Ramajo de la UNIR; y de Mónica Gutiérrez Ortega, de la Universidad de Valladolid.
En su trabajo, los investigadores españoles han detectado que la memoria de trabajo, la atención sostenida, el tiempo de reacción, el razonamiento numérico, la aplicación de conceptos, matemáticos o la comprensión lectora se ven afectados en el desarrollo de los bebés prematuros. «Pero estas dificultades pueden pasar desapercibidas hasta que el joven ha de enfrentarse a un determinado nivel en matemáticas», detalla el investigador de la UNIR.
Con este trabajo, los investigadores españoles pretenden llamar la atención de las autoridades educativas. «Pedimos que se tengan en cuenta estas variables con los niños prematuros cuando llegan a las etapas escolares y evitar ponerles más barreras». Recuerda Tubío que un bebé con 28 semanas de gestación nacido en diciembre va un curso por delante al que le corresponde si naciera a término. «Le añades más dificultades», advierte.
No obstante, en su indagación el equipo de la UNIR ha encontrado que la práctica de ejercicio físico durante toda la vida, sobre todo durante la infancia, tiene un impacto positivo en el desarrollo cognitivo. «Esto se puede explicar en parte porque la actividad física fomenta que se presenten ciertos fenómenos que son neuro protectores y favorecen la plasticidad neuronal, que tiene un papel fundamental en el desarrollo», indica Tubío.
En los estudios analizados en esta revisión, publicada en la revista Electronic Journal of Research in Education Psychology, se observa que cuando se aplican programas de actividad física diseñada como cognitivamente exigente o «enriquecida» se obtienen mejores beneficios cognitivos, especialmente en habilidades consideradas como funciones ejecutivas.
«Practicar deportes en los que se deban seguir unas reglas requiere de un nivel de alerta atencional mayor. Deportes con un contrincante o de equipo suponen que se entrenen habilidades como la anticipación, la inhibición, la flexibilidad cognitiva o la capacidad para hacer inferencias sobre el comportamiento del otro, todas ellas habilidades fundamentales que pueden generalizarse a otros planos como en las matemáticas», asevera este investigador de UNIR.
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