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Cristina Álvarez Iglesias y Sandra Campo Menéndez en IES Nº1 de Gijón
A los hombres no les interesan los estudios de género
Cursos de igualdad

A los hombres no les interesan los estudios de género

Según los datos oficiales, el número de participación masculina en cursos formativos de género es alarmantemente baja

Gabriel A. Rancel

Gijón

Lunes, 25 de noviembre 2024, 13:19

Según los datos oficiales, el número de participación masculina en cursos formativos de género es alarmantemente baja y, en los últimos años, las modalidades universitarias y el ciclo superior de igualdad sufren un descenso de matriculación más acentuado en los varones.

Universidad de Oviedo

Desde 1995, gracias al esfuerzo y dedicación de cuatro mujeres: Isabel Carrera, Rosa Cid, Socorro Suárez y Amparo Pedregal, Asturias fue pionera en estudios de Género en España. Desde ese mismo año, se imparte sin interrupción el Programa Oficial de Doctorado en Género y Diversidad.

La buena acogida del mismo dio pie a otros dos programas. En 2005, se crea el Máster en Género y Diversidad y en 2006 se obtiene en convocatoria europea competitiva el primer programa Erasmus Mundus en Estudios de las Mujeres de la Universidad de Oviedo.

La directora del Instituto Universitario en Género y Diversidad, y una las pioneras en los estudios de género en la Universidad de Oviedo y en España, Isabel Carrera Suárez, muestra su entusiasmo. «En general, la matrícula ha aumentado o se ha mantenido recientemente. El Máster de Género y Diversidad, sobrepasa el cupo de solicitudes y, por lo tanto, es constante. Erasmus Mundus GEMMA, ha aumentado en los últimos años, con una alta participación de estudiantes extranjeras, al igual que en el doctorado.»

La participación masculina nunca ha sido alta. En los últimos cuatro años, las gráficas muestran un marcado descenso en los diferentes cursos. En el Programa Oficial de Doctorado de Género y Diversidad, el número de matriculaciones femeninas alcanza un total de 213, frente a 19 masculinas. De la misma manera, el Máster de Género y Diversidad, el número de matriculaciones femeninas es de 102, frente a las 10 masculinas y en el Máster Universitario Erasmus Mundus en Estudios de las Mujeres y de Género, el número de matriculaciones femeninas es de 96, frente a las 2 matriculas masculinas.

La realización de estudios de género y diversidad se mantiene estable en el tiempo y las matriculaciones duplican el cupo mínimo de estudiantes. Pese a ello, el número de alumnado masculino sigue siendo mínimo. Con respecto a esto, Isabel Carrera da su opinión. «Pienso que aún persiste la idea de que la búsqueda de la igualdad es un asunto de mujeres, no algo que debe construirse por parte de toda la sociedad, que saldrá beneficiada en su conjunto. También persisten algunos miedos infundados, por parte de algunos hombres, al feminismo o a la recepción en estos programas. Por otro lado, hay mucho desconocimiento de la investigación y la especialización, que son necesarias para entender por qué existe esta desigualdad y cómo puede combatirse, y no digamos ya para dilucidar y entender las complejísimas cuestiones de género -en todos los ámbitos del saber, desde la medicina hasta el arte-. Este campo tan complejo, y a la vez tan interesante, con frecuencia en las ideas populares simplifica y reduce a mera opinión o a batallas políticas. Son programas a los que acuden personas muy motivadas por comprender mejor el mundo desde una perspectiva de mentalidad abierta. No llevan directamente a un empleo concreto, aunque son útiles para todos ellos.»

Ciclo Formativo

Asturias es una de las comunidades pioneras en impartir el Ciclo Formativo de Grado Superior de Promoción de Igualdad de Género, junto con Madrid y Canarias, y tanto en el C.I.F.P. Cerdeño como en el I.E.S. Número 1, mantuvieron un promedio de 25 matriculas por curso hasta 2020. Sin embargo, en el transcurso del año lectivo 2021-2022, el número de matrículas descendió. En Oviedo, de 21 a 7 y, en Gijón, se mantuvo en 19 matriculaciones.

Una de las causas por las que el C.I.F.P. Cerdeño no continuó con la formación desde el curso 2022-2023 fue el descenso de matriculaciones. Por otro lado, en Gijón se mantiene activo, a pesar de decrecer de 20 matriculas a 13 en 2023-2024.

En este ciclo de género se imparten asignaturas como metodología de la intervención social, desarrollo comunitario, información y comunicación con perspectiva de género, prevención de la violencia de género, promoción del empleo femenino, ámbitos de intervención para la promoción de igualdad, participación social de las mujeres, intervención socioeducativa para la igualdad, habilidades sociales, primeros auxilios, formación y orientación laboral, empresa e iniciativa emprendedora y formación en centros de trabajo.

Esta formación prepara para una carrera profesional en organizaciones comprometidas con la igualdad. La actividad se ejerce en el ámbito público y privado, en el sector de la prestación de servicios de igualdad y en distintas instituciones que ofrezcan servicios de carácter económico y comunitario, orientados hacia la igualdad efectiva, tales como asociaciones, fundaciones, instituciones, sindicatos, empresas, consultoras, servicios municipales, organismos de igualdad y centros comunitarios, entre otros.

El Ciclo Formativo de Grado Superior de Promoción de Igualdad de Género no resulta atractivo a los varones, al igual que no resulta llamativo el feminismo. El hecho de que pertenezca a la rama de servicios a la comunidad, no ayuda. El desinterés de los hombres hacia este ámbito está relacionado con el machismo, los roles y los estereotipos de género aplicados a las profesiones feminizadas. Asimismo, hablar de «igualdad» se liga erróneamente a la renuncia de algunos privilegios que obtienen por el simple hecho de ser hombres, y eso requiere un esfuerzo y un cambio de mentalidad poco atractivos. Es común ignorar las necesidades y mostrar desinterés ante tal panorama. Por lo tanto, el ciclo no está siendo llamativo para los hombres porque no sienten que sea para ellos, ni que en él se cuide de sus intereses.

Al observar los datos oficiales de las personas que han ido matriculándose en el Ciclo Superior de Promoción de Igualdad de Género a lo largo de los años, se desvela que el porcentaje de hombres que realiza esta formación siempre es muy bajo, entre cero y cinco matriculados. En la actualidad encontramos que en 2022-2023 se matricularon 3 varones y en 2023-2024, ninguno.

El descenso es claro. Por lo tanto, ¿qué habría que cambiar para hacer estos estudios más atractivos? El alumnado que ya ha cursado este ciclo está de acuerdo en que no se trata de hacerlos más atractivos, sino de concienciar de que las formaciones no tienen género. Asimismo, coinciden en los distintos «vacíos» existentes en el programa formativo. El ciclo flaquea en materias de género como la problemática social que lo envuelve, no sólo en la violencia de género. También flaquea en horas de teoría para aprender a llevar a cabo y dinamizar talleres o realizar un plan de igualdad y estar más orientada a la creación de proyectos. Del mismo modo, se llega al acuerdo de la necesidad de modificar el temario docente para incluir las diferentes identidades de género, no sólo el binarismo.

El I.E.S. Número 1, donde se imparte el Ciclo Formativo de Grado Superior de Promoción de Igualdad de Género en Gijón y que, actualmente, es la única institución pública que lo oferta en toda Asturias, ofrece su punto de vista. La jefa del departamento de Servicios Socioculturales y a la Comunidad, a la vez que representante de igualdad en el Consejo Escolar, Sandra Campo Menéndez y Cristina Álvarez Iglesias, una de las profesoras que adaptó al Principado de Asturias el currículum educativo nacional de Promoción de Igualdad de Género, concuerdan en que este ciclo formativo tiene unas particularidades que no tiene ningún otro que se haya impartido y que es totalmente necesario que se mantenga.

Ante la descripción de quiénes estudian el ciclo de Promoción de Igualdad, Cristina Álvarez responde. «Es cierto que las personas que se acercan al curso son adultas, con algún bagaje en igualdad o con experiencias personales. La formación profesional está creada para el empleo, pero no todo el mundo que se matricula piensa directamente en él. Algunas utilizan el ciclo como un complemento de sus estudios. Otras, cercanas a la edad de jubilación, lo realizan para mejorar su propia formación profesional. La edad del alumnado ronda entre los 18 y los 50 años y cada persona tiene sus propios motivos para realizarla. Lo que sí tiene en común el alumnado es el alto nivel de implicación.»

Se considera necesaria la figura de igualdad en las instituciones públicas y privadas. «Además, son leyes que hay que cumplir y tienen que aceptarlas todo el mundo. No es discutible la formación en determinadas cuestiones. Debería ser algo transversal. La realidad habla por sí sola. Sólo hay que ver las cifras en el ámbito laboral. Son apabullantes. No sólo hablamos de violencia de género, sino también de quienes ocupan altos cargos en las instituciones. En raras ocasiones encontramos mujeres en puestos de poder» -explica Sandra Campo-. «Además, sin igualdad no hay democracia. La democracia real pasa porque hay una igualdad efectiva. Todavía queda mucho trabajo por hacer.»

Por parte del profesorado se nota que hay buena acogida. Sandra Campo analiza la situación. «En el departamento de orientación, que es por donde canalizamos las actividades y las propuestas, hay una gran implicación y sensibilización, tanto de la directiva como del profesorado, y cada vez mejor. Ha aumentado la demanda de actividades de sensibilización por parte del alumnado y eso es una señal de que la sociedad está cambiando.»

«Sabemos que el nivel de implicación masculina no es, ni por asomo, óptimo»

Cristina Álvarez

Profesora del IES Nº1 de Gijón

Hay muy poca implicación masculina en el ciclo. «La formación en igualdad de género es una enseñanza que, si no en su totalidad, una gran parte de la misma debería ser transversal a todas las formaciones para enmendar esta dificultad» –comenta Cristina Álvarez, que corrobora que es necesaria una base de aprendizaje anterior sobre la independencia del género en los ciclos formativos.

Entrevista a trabajores

La trabajadora en Intervención Social de la Cruz Roja, Irene Pascual Díaz, aporta su punto de vista sobre su paso por el ciclo de Promoción de Igualdad de Género. «Fue un año extraño porque nos pilló la pandemia de por medio, pero fue un buen curso e hice las prácticas en Fundación Mujeres. Al principio hacíamos pocas cosas. Revisábamos la página web, la documentación… Luego llegaron los talleres de formación para las mujeres y nos implicamos mucho más. En Fundación Mujeres tienen programas concretos y muy buenos, más cerca de lo laboral» -recuerda Irene.

A la hora de conseguir trabajo en el ámbito de igualdad, Irene sufrió las mismas dificultades que en otros ámbitos laborales. «Hay mucha competencia. Muchos lugares buscan una formación superior. La verdad es que yo tuve la suerte de ser voluntaria de Cruz Roja, dejé currículum, pasé por distintas fases y, dentro de lo que cabe, empecé a trabajar bastante rápido» -añade-. «Actualmente, entre mis competencias está la atención directa a usuarias, tareas administrativas o emergencias. En género hay trabajo constante. Es un no parar y se necesita gente.»

Trabajando en el ámbito, comenta la combinación para que funcione la figura de igualdad. «Todavía hay muy poca perspectiva de género. Incluso en sitios donde se trata género quedan muchas dificultades por resolver y por conocer.»

«La perspectiva de género es primordial en todas las áreas, sobre todo, cuando está muy feminizado y muy masculinizado, en ambos extremos es necesaria. Los equipos en equilibro son la clave»

Irene Pascual

Trabajadora en Intervención Social de la Cruz Roja

El trabajador del programa Femenino y Plural de la Oficina de Políticas de Igualdad del Ayuntamiento de Gijón, jurista y antiguo educador en la Red de Casas de Acogida para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, Daniel Rodríguez Juidías, describe su paso por el ciclo de Promoción de Igualdad como una oportunidad. «En 2009, cuando comencé a interesarme por la igualdad de género, era un espacio que no estaba desarrollado y no se le daba voz a las que considero que se les tenía que dar importancia. Lo impartía la universidad y eran señores. Luego, cuando complementé mis estudios con la Formación Profesional de Grado Superior de Promoción de Igualdad de Género, por suerte había mujeres profesionales del ámbito, que desarrollaban la materia y fue muy bien» -comenta Daniel Rodríguez-. «Mis prácticas fueron muy buenas. Las hice dentro de la Red de Casas de Acogida de La Casa Malva y luego trabajé allí. A través de la Cruz Roja me apunté como voluntario para hacer cosas en mi barrio. Hicimos un cine fórum, talleres y actividades. Fue muy buena experiencia. Y, a todo esto, me gustaría hacer una mención especial a Puri Rodríguez, que fue un pilar importante, no sólo para mí, sino para todas las compañeras que estuvieron en la Red de Casas de Acogida. Ella también trabajó en la Asociación Simone de Beauvoir y falleció en 2021. Fue una mujer muy importante que siempre hacía todo cuanto podía por ayudarnos.»

No tuvo dificultades para conseguir trabajo después de promocionar. «Siendo sincero, si eres chico dentro del ámbito de igualdad, es bastante más sencillo. No digo que sea fácil, porque el trabajo es difícil para todo el mundo, sobre todo en Asturias, pero las mujeres trabajaron muchísimo para que el campo fuese una carretera, luego llegamos nosotros y, en mi opinión, fue mucho más sencillo.»

La Promoción de Igualdad es un pilar fundamental en el ámbito laboral. «La figura de promoción de igualdad puede ser una columna vertebral de otros ámbitos laborales, tanto de apoyo como de acción. La igualdad, ya sea por género como por etnia, clase social, diversidad funcional, etc. si no tenemos en cuenta a las personas, existe la discriminación directa» -comenta Daniel Rodríguez-. «Recomiendo realizar este ciclo porque es un espacio abierto, en el cual todas, todos y todes tenemos siempre cabida. Lo bueno es que cuando estás en el movimiento social o haciendo voluntariado, conoces a muchísima gente y también puedes ser un apoyo o una guía para amistades y familiares. Al final, podemos apoyarnos socialmente tejiendo redes, tanto en el ámbito educacional como en el ámbito profesional, y esto es una vía muy importante.»

La semilla que se siembra a través del alumnado, en todos los aspectos de su vida, se segrega a otras personas que también disfrutarán de los beneficios que ofrece la formación. Los varones que están realizando su segundo año de Promoción de Igualdad de Género, 2023-2024, ofrecen su valoración personal sobre el curso a través de sus experiencias personales.

Alumnado del Ciclo Formativo

El alumnado masculino del Ciclo Formativo de Grado Superior de Promoción de Igualdad de Género cuenta por qué se interesó en éste. «Mi principal motivo para meterme en esta FP fue porque tengo amigas que están, o han estado, en relaciones de maltrato. Quería tener información y aprender recursos y herramientas útiles para ayudar en estas situaciones y hacer de mi entorno un lugar mejor cuidando bien de mis amigas. He profundizado más de lo que creía» -confirma Manel Fernández Fernández.

«Merece la pena realizar este ciclo. Lo veo muy necesario para que se pueda tener una visión más global de la problemática que trata el término igualdad. Debemos trabajar para tener una sociedad más equitativa» -añade Armando Rodríguez González.

«Es un ciclo que abraza a todo el mundo, acoge la diversidad y hace sentir válidas a todas las personas que deciden cursarlo. Yo conocí estos estudios a través de la oferta formativa de Educastur y me llamó la atención. Es un programa que muestra la realidad social en la que vivimos, pero también ofrece crecimiento personal y una forma de ver la vida muy distinta a la que había aprendido desde niño» –admite Gabriel R. Fernández.

Desde un punto de vista objetivo, son cursos que deberían realizarse independientemente de la edad y el género. Se aprende a mirar desde otra perspectiva, a empatizar, a respetar y a expresarse con los términos adecuados. Eso ayuda a solventar dificultades, pues ponerle nombre a los problemas por los que pasan la mayoría de las mujeres, por lo que son silenciadas, castigadas y ridiculizadas, consigue el cambio. Los hombres no están exentos de la violencia machista, la sufren a diario, por sentir la responsabilidad constante de ser el sustento cuando todo lo demás falla, el manitas de la casa, el que soluciona los problemas como sea, el duro, el frío y el que no muestra ningún tipo de vulnerabilidad porque eso es ser un hombre. Sólo basta con mirar los datos oficiales sobre estos cursos para ver la gran brecha de género que se mantiene en nuestro país.

Los programas de género visibilizan la desigualdad, el machismo y la violencia de género. Estas problemáticas se suceden a diario y son armas peligrosas que arremeten contra todo el mundo, no sólo contra las mujeres. Son una lacra que ha de desaparecer para que las generaciones futuras sean diferentes, mejores. Lo que hace necesarios los cursos de formación.

La evidencia es clara, la igualdad de género es un pilar fundamental en la sociedad. Hay que estar presente a este lado del camino, queda mucho sendero por recorrer y necesitamos hacerlo todas las personas juntas, como iguales.

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