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63.929 alumnos de Infantil y Primaria finalizan este jueves en Asturias el curso escolar, seguramente el más difícil y extraño de sus vidas. Carmen Suárez, consejera de Educación, ha enviado una carta a los estudiantes y sus familiares con el fin de agradecer el gran esfuerzo colectivo que han demostrado:
«Estimados alumnado y familias:
Cuando comenzamos el curso escolar, a finales del mes de septiembre y en un repunte de la epidemia del coronavirus que nos ha obligado a reconsiderar todo aquello en lo que creíamos, el horizonte del fin de curso parecía una quimera. Planificábamos el regreso a las aulas después de todo un trimestre de confinamiento en nuestras casas, con el miedo a lo desconocido y a los efectos que la enfermedad podía tener sobre nuestro sistema educativo.
Hoy, nueve meses después, puedo deciros que este curso que finaliza ahora ha sido el curso de la pandemia y del temor pero, sobre todo, el curso de la superación. Ha sido el curso en el que nuestra comunidad educativa, con el trabajo conjunto del profesorado, el alumnado y las familias, ha sido capaz de demostrar cuáles son los valores que nos caracterizan: la tolerancia, la responsabilidad, la solidaridad y el esfuerzo. Juntos hemos sido más fuertes, así que, os confieso, entre tanta ansiedad, me quedo con lo positivo.
Hemos aplicado conjuntamente los protocolos sanitarios, los hemos adaptado a nuestras vidas, hemos superado contagios y aislamientos, hemos aprendido nuevas formas de relacionarnos, nuevas formas de enseñar y de aprender. Hemos mostrado empatía y honestidad. Hemos abierto la puerta a una nueva forma de concebir el sistema educativo.
Lo hemos pasado mal. Para qué negarlo. Los equipos directivos y el profesorado han trabajado incansablemente en todo tipo de tareas, no solo educativas. Han medido espacios, señalizado entradas y salidas, repartido mascarillas, acompañado a su alumnado con síntomas a las aulas Covid o estado en contacto con las enfermeras de referencia.
Las familias habéis organizado los kit Covid para vuestros hijos e hijas, les habéis tomado la temperatura por la mañana, les habéis acompañado durante los confinamientos temporales de aulas y les habéis apoyado en el uso de las nuevas tecnologías.
Y vosotros, alumnos y alumnas, os habéis amoldado a la nueva situación con ejemplaridad. A las entradas escalonadas, a los recreos separados, a los grupos de convivencia estable o a los sitios fijos en el comedor.
No me cansaré de agradecer el esfuerzo de todos y todas y de repetir que el éxito de este curso es un éxito conjunto. Pero especialmente quiero recordaros a vosotros, al alumnado, que nos habéis dado una lección vital. Mientras en otros ámbitos cuestionan vuestra responsabilidad, en nuestro entorno escolar solo podemos daros las gracias.
Los centros educativos han sido espacios seguros porque entre todos y todas los hemos hecho seguros. Nuestros colegios e institutos no son quirófanos esterilizados. Son nuestros centros de siempre organizados de manera estricta de acuerdo a unas medidas de seguridad acordadas con las autoridades sanitarias, en las que toda la comunidad educativa se ha convertido en una pieza fundamental del engranaje.
Con nuestros aciertos y con nuestros fallos, también desde la Consejería de Educación del Principado hemos tratado de contribuir al buen funcionamiento de ese engranaje. Si volviera atrás, cambiaría algunas decisiones. Tenedlo por seguro. Pero también os puedo garantizar que siempre que hemos adoptado alguna resolución lo hemos hecho con la mejor intención, velando por el futuro de nuestra escuela y con la mente puesta en vosotros, en nuestro alumnado.
Empezamos el curso con mucha incertidumbre y hemos ido aprendiendo juntos a desenvolvernos en este contexto de pandemia. Algunas personas pensaban que en apenas unas semanas nuestros centros iban a cerrarse. Pero no ha sido así. Salvo en situaciones concretas, de acuerdo a una guía de actuación en constante actualización, nuestros centros han permanecido abiertos y vosotros y vosotras habéis podido continuar con vuestro proceso educativo. En los peores momentos epidémicos, no se han llegado a clausurar ni el 2% de las 7.887 unidades en funcionamiento este curso.
La auténtica revolución digital que ha vivido nuestro sistema educativo, tanto en recursos tecnológicos como pedagógicos, es otra lectura positiva obligada. Las nuevas metodologías se han abierto paso en las aulas y han ido configurando un nuevo quehacer educativo, de acuerdo con los nuevos tiempos que vivimos y con los que nos tocará vivir.
No podemos defraudaros sino que debemos responder a las nuevas exigencias de un mundo cambiante, al que tenemos que adaptarnos.
Me despido pidiéndoos un favor: no bajéis la guardia. No está todo hecho. El coronavirus no ha desaparecido. Actuad con responsabilidad este verano. Estoy convencida de que gracias a nuestro esfuerzo conjunto y al de la ciencia, con las vacunas como referente, en septiembre volveremos a clase con una situación mejor. Ese debe ser ahora nuestro nuevo horizonte.«
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