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Borja Robert
Sábado, 30 de enero 2016, 08:02
A finales de la década pasada, la inmensa mayoría de colegios e institutos de Finlandia pusieron en marcha un nuevo sistema contra el acoso escolar ideado por científicos y denominado KiVa. Y, aunque no ha logrado que estas situaciones desaparezcan del todo, cada año las convierten en un problema un poco más pequeño en las aulas del país nórdico. Siete años después de su llegada, cada vez menos niños y adolescentes son agredidos, y menos alumnos maltratan a otros compañeros. Su éxito ha llevado a las autoridades finlandesas a exportarlo por todo el mundo. En Estados Unidos, Estonia o Reino Unido, por ejemplo, ya forma parte del currículo de cientos de escuelas. En España podría empezar a implementarse, de forma experimental y solo en algunos centros, a partir de 2017.
Frente a otros programas contra el acoso escolar, KiVa se define como una metodología basada en evidencias. Sus creadores, investigadores de la universidad finlandesa de Turku especialistas en la sociología y la psicología del 'bullying', han elaborado un método que tiene que incorporarse al currículo general del aula y que contempla tanto medidas preventivas como estrategias de intervención cuando se detecta un nuevo caso. Unas y otras cuentan con un respaldo experimental que valida su efectividad.
La tesis fundamental tras KiVa es que el acoso escolar es un fenómeno grupal. El sistema, por tanto, no está diseñado para intervenir en las que denominan «peleas entre iguales», sino en casos sistemáticos de agresión de un alumno -la víctima- por parte de otro u otros -los acosadores-, de forma continuada y a menudo con el beneplácito, o al menos sin las protestas, de los demás. Para prevenirlo y atajarlo, enseñan a los estudiantes y los profesores a identificar los casos de acoso, a reconocer que son perjudiciales y a poner en práctica medidas que los eviten antes de que ocurran o que les pongan remedio cuando ya se han dado. En muchos centros donde se ha implementado, el 'bullying' se ha reducido a menos de la mitad de forma consistente. En otros, sin embargo, los resultados son menos espectaculares.
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