Hoy, 10 de diciembre de 2015, se cumplen 200 años desde el nacimiento de Ada Byron o Ada Lovelace, quien por cierto cuenta con una calle en Gijón en su honor. Ada Byron ha pasado a la historia por haber realizado lo que se puede calificar como el primer programa de ordenador y por haber entrevisto las enormes posibilidades que las máquinas programables para efectuar tareas complejas.

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Actualmente, son pocas las mujeres que se dedican a la informática. En la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón solo un 15% de los estudiantes de ingeniería informática son mujeres. En el Reino Unido, por ejemplo, la cifra es incluso menor. ¿Por qué? Es una titulación moderna por lo que no parte de prejuicios como otros sectores. Niños y niñas juegas con videojuegos; diferentes, eso sí, pero videojuegos. A ambos les encantan los móviles, las tablets, La profesión está en auge y hay pleno empleo.

Lo cierto es que en un mundo cada vez más competitivo y en el que cada vez se va en busca de los mejores, preocupa que un sector tan grande de la población renuncie a mostrar sus virtudes. No es solo un problema social, sino también económico.

La pregunta inicial no tiene fácil respuesta. Existen múltiples estudios y teorías muy variadas. Se ha estudiado desde la influencia de los roles de los niños y niñas en las películas de Hollywood, hasta el tipo de juguetes que se asocian a los más pequeños. Uno de los motivos por los que se sabe que las mujeres rechazan estudiar informática es que les parece aburrido. También se sabe que a la mujer no le gusta que la vida gire en torno a una máquina. A la mujer le importa más el impacto de la máquina en su entorno que la máquina en sí misma. Lo mismo sucede con los ordenadores que con los móviles o los coches. A las mujeres les gustan estas máquinas, pero como instrumentos. Otro motivo que parece relevante es que a la mujer no le atrae perfil friki, inmaduro e individualista que tantas veces se asocia a la informática. También sabemos que no es problema de capacidades. Las mujeres obtienen resultados académicos en informática similares o incluso mejores que los hombres.

En la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón hemos hecho una encuesta en el presente año que nos indica que informática es una carrera vocacional. El efecto de las buenas perspectivas laborales en la elección de esta carrera es relativamente pequeño. El alcance de repetir machaconamente que hay trabajo es muy limitado. Las acciones que hasta el momento han tenido mayor éxito para atraer a las mujeres a las aulas de informática han tenido como objetivos hacer las clases más atractivas orientándolas a los intereses más propios de la mujer y mostrar la realidad del trabajo diario.

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La Universidad de California en Berkeley o la Universidad de Stanford han promovido cambios en la enseñanza de la informática que han incrementado espectacularmente el número de mujeres en las aulas. El enfoque ha sido el de enseñar mejor el impacto de la informática en la sociedad a través de ejemplos reales. Otras experiencias de éxito se han basado en poner a las jóvenes en contacto con mujeres que desarrollan su actividad en el ámbito de la informática. Se trata de romper ese estereotipo del friki. Las empresas rara vez demandan este perfil. Hoy, las empresas de informática buscan personas que sean capaces de gestionar equipos, conocedoras de idiomas y con excelentes habilidades sociales. La metodología de trabajo en informática es, curiosamente, muy social.

Puesto que informática es una carrera vocacional, deberían realizarse estas acciones no ya en la Universidad, sino en los colegios con el fin de favorecer la creación de esas vocaciones. Ada Byron fue una mujer que contribuyó a transformar el mundo. Quien debe conocer hoy quién fue Ada son las niñas y niños que algún día pueden seguir su ejemplo.

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Juan Carlos Campo es Director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón -EPI Gijón

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