Por una parte, hay un hecho cierto: las tasas de rendimiento de los estudiantes van en aumento. ¿Qué son las tasas de rendimiento? Es la relación entre lo que aprueba un alumno y lo que se matricula. Si aprueba todo aquello de lo que se matricula, su rendimiento es del 100%. Actualmente, la media en España está en torno al 75%, dependiendo de la titulación. Por ejemplo, las ingenierías están en el 65% y las ciencias de la salud en algo más del 80%, no porque sean más fáciles sino porque hay mucha demanda para pocas plazas lo que selecciona mucho al estudiante que cursa estos estudios. Un curso completo actual suele tener 10 asignaturas. Por tanto, que nadie se lleve las manos a la cabeza si un alumno de ingeniería suspende 3 o 4 asignaturas al año. Está en la media.
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Las tasas de rendimiento se miden con detalle desde que se instauraron las titulaciones derivadas del proceso de Bolonia y van en claro aumento en todas las titulaciones desde 2010. No es nada nuevo. En las titulaciones antiguas no se hablaba de tasa de rendimiento sino del tiempo que de media tardaba un estudiante en acabar los estudios. Por ejemplo, a principios de los 90 un alumno medio tardaba 6,1 años en finalizar una ingeniería técnica titulación de 3 años-. A finales de los 90 tardaba 5,7 años.
¿Por qué son mejores los resultados? Solo puede haber tres motivos: o se enseña mejor, o los estudiantes son mejores, o se exige menos. Por supuesto, todos estos factores pueden estar combinados. Es posible que nuestro profesorado esté cada vez mejor formado, o que el estudiante que ahora se ve forzado a aprobar más que antes para que no lo expulsen de la Universidad- se aplique más; pero, ¿por qué se va a exigir menos? Actualmente, el profesorado tiene una presión importante para que la tasa de rendimiento de sus asignaturas no sea excesivamente baja. En la Universidad de Oviedo, por ejemplo, un profesor que tenga una tasa de rendimiento en su asignatura menor del 50% recibe una carta pidiéndole explicaciones. Existen muchas razones para ello, desde el coste hasta el problema que supone que si un alumno quiere llegar a un Máster en el fondo, el segundo ciclo de antes, tiene que aprobar completamente antes un Grado más o menos, el primer ciclo de antes.
Actualmente, pocos dudan de que académicamente se exige menos. Tampoco es alarmante. Cualquiera de nuestros estudiantes sabe que en países de referencia de nuestro entorno es mucho más fácil aún aprobar. Por eso, en Alemania, por ejemplo, los empleadores valoran ya no que se tenga titulación, sino que se tengan buenas notas. Pero, en cualquier caso ¿de verdad la exigencia formativa que tiene un estudiante universitario es ahora menor? Un estudiante actual está de facto obligado a dominar inglés, cuando no otro idioma adicional. Es importante que, en el contexto actual, tenga una movilidad elevada. También es importante que se cultive socialmente. La universidad ofrece oportunidades como nunca para todo esto: itinerarios bilingües, becas Erasmus, convenios internacionales, actividades sociales clubs de debate, de lectura, de cine, musicales-, asociaciones estudiantiles de todo tipo, deportes, actividades formativas social y profesionalmente por ejemplo, en la EPI un equipo de más de 30 estudiantes está diseñando y construyendo un monoplaza eléctrico de competición, al margen de los estudios-, etc.
En definitiva, la titulación sin más es más fácil de obtener, pero también vale menos que antes. La formación hace unos años era muy espartana, ahora es muy compleja. Un estudiante que desee formarse ampliamente en la Universidad no solo sacar un título- tiene más oportunidades que nunca. Eso sí, unos estudiantes las aprovechan y otros no. El alumno que las aprovecha sale muy bien formado, que nadie lo dude. ¿Acaso cree alguien que un titulado de ingeniería que no sepa inglés es un ingeniero actual por mucho que lo diga un papel? Obtener una titulación es, con seguridad, más fácil que hace años; hacer una buena carrera universitaria, en sentido literal, probablemente requiera más esfuerzo que nunca.
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Juan Carlos Campoes Director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón -EPI Gijón
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