El eclipse que se verá en Asturias

Asturias será testigo de un eclipse solar parcial la mañana del 25 de octubre. El fenómeno astronómico será visible en gran parte de Europa, el noreste de África y Asia occidental pero en España solo se podrá contemplar desde Cataluña, Aragón, Comunidad Foral de Navarra, País Vasco, La Rioja, Cantabria, el Principado, norte de Castilla y León, norte de la Comunidad Valenciana e Islas Baleares.

El eclipse será de «muy baja magnitud», según revela la web de Astronomía del Instituto Geográfico Nacional (IGN). En la región, en concreto, la magnitud rondará los 0,02 y la interposición de la luna entre la Tierra y el sol se hará patente entre las 11:40:32 horas y las 12:11: 05 horas. El punto álgido se alcanzará a las 11:55:49 horas.

Los asturianos tardarán años en vivir un suceso similar. El próximo eclipse solar parcial ocurrirá el 14 de octubre del próximo año pero solo será visible desde las Islas Canarias y habrá que esperar hasta el 29 de marzo de 2025 para contemplarlo de nuevo. El eclipse total tardará aún más en llegar. Sucederá el 12 de agosto de 2026, y se replicará el 2 de agosto del año siguiente.

El eclipse que se contemplará el 25 de octubre tímidamente desde Asturias será visible en toda Europa, excepto en su extremo más meridional, el noreste de África y el oeste de Asia. Se iniciará en el océano Atlántico, a una latitud de +66º, cerca de la costa de Islandia, y terminará en el océano Índico, a una latitud de +17º. La duración total del fenómeno sobrepasará las 4 horas y Rusia sería el escenario ideal para disfrutarlo.

En los eclipses parciales, el observador aprecia como la luna cubre sólo una parte del sol. El plano por el que orbita la luna alrededor de la Tierra está inclinado cinco grados respecto al plano por el que orbita el planeta alrededor del sol. Dado que los eclipses requieren del alineamiento casi perfecto de los tres astros, el fenómeno se da muy pocas veces a lo largo del año.

Mirar directamente al sol siempre entraña riesgo por la gran cantidad de radiación que emite, capaz de dañar la vista. «Como regla general y como en un día cualquiera», el Instituto Geográfico Nacional recuerda que no debe observarse sol directamente «ni con aparatos, ni filtros o a simple vista». Desaconseja el uso de gafas, cristales ahumados, radiografías, reflejos en el agua…

En su lugar, propone proyectar la imagen del astro rey sobre folios, una pantalla, pared o techo, a no ser que se disponga de un filtro profesional, homologado para la observación visual del sol. Lo más fácil es usar dos cartulinas, una de ellas con un pequeño agujero de unos milímetros, que funciona como una cámara oscura.

Al colocarse de espaldas al sol, el observador debe sujetar la cartulina de manera que su luz pase por el agujero y aparezca en la otra, situada a dos o tres palmos de distancia y a la sombra de la primera. Si se usa una espumadera, aparecerán múltiples réplicas del sol.

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