Un diputado italiano lleva dos meses sin poder enterrar las cenizas de su hijo

Los finados cuentan con tumbas o columbarios pero no pueden reposar en ellas hasta que sus allegados reciban los pertinentes permisos. Mientras tanto, sus restos se encuentran en los depósitos, sin posibilidad de visita y sumiendo en una situación desesperante a quienes necesitan darles un adiós y dar rienda suelta al desgarrador trámite del duelo.

Romano perdió a uno de sus vástagos el pasado mes de febrero con 24 años. «Hoy hace 2 meses que mi hijo Darío ya no está con su madre, con sus hermanos, conmigo. Hace dos meses que no podemos enterrarlo. AMA no da tiempos de entierro dignos de una ciudad civilizada. De hecho, no da tiempo. Tu vergüenza nunca será lo suficientemente grande», ha escrito el político en Twitter a la alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi.

El parlamentario confiesa que le costó tomar la decisión de hacer pública su dolorosa experiencia pero optó por relatarla porque multitud de personas se encuentran en una situación similar. Los propios trabajadores del sector funerario protestaron hace días por los retrasos que se acumulan en los entierros y aseguraron que unas 2.000 familias se encontraban en esta situación por una enrevesada burocracia. La compañía, sin embargo, echa la culpa a la pandemia.

Las razones no alivian el desasosiego de quienes han perdido a un ser querido. «Desde hace dos meses esperamos poder despedirnos de nuestro hijo, pero ni siquiera podemos acceder al depósito del cementerio de Prima Puerta, donde están apiladas sus cenizas», lamenta Romano.