Diana Morant: «Ojalá más Margaritas Salas contribuyan a construir el mejor futuro posible»

Y precisamente todas esas facetas fueron desgranándose una por una a lo largo del acto, que sirvió como presentación no oficial de la Fundación Margarita Salas, que pronto echará a andar. Las palabras de Lucía Viñuela, que la presidirá, y un vídeo sirvieron para revelar los múltiples objetivos, que pasan por alentar vocaciones científicas y de manera especial en el mundo rural.

La directora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, Lourdes Ruiz Desviat, la definió como «honesta, luchadora y rigurosa» y sacó a colación su implicación y trabajo mano a mano con los orgullosos 'margaritos', presentes durante todo el homenaje. «Margarita es un mito en el Centro de Biología Molecular y en la ciencia española», concluyó.

El director de Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, Enrique de la Rosa, también tomó la palabra, como lo hicieron después los rectores de las universidades Complutense, Autónoma e Internacional Menéndez Pelayo, a las que estuvo vinculada. «Una complutense de bandera», la definió el rector Joaquín Goyache, que inició el viaje verbal por la vida docente de Salas. «Su mayor legado son los 'margaritos' diseminados por toda España y fuera de nuestras fronteras, y para todos ellos, ante todo y sobre todo, fue una maestra», señaló Amaya Mendikoetxea, rectora de la UAM. Decía que debía servir el acto para reconocer «su ciencia, su arte y su oficio», y eso hizo Carlos Andradas, de la Menéndez Pelayo, a cuya cita con el campus de la Magdalena no faltó en 20 años para liderar la Escuela de Biología Molecular Eladio Viñuela que, el próximo año, estará operativa y sumará el nombre de Margarita al de quien fue su marido.

Hubo presencia institucional de consejeros de Extremadura y Madrid, cuyos gobiernos regionales se incorporarán a la fundación, y allí estuvo el consejero asturiano de Innovación, Borja Sánchez. Recordó su misión divulgadora, su apuesta por la Semana de la Ciencia de Luarca, en la que no faltaban «ni arte ni música ni magia para poder explicar cosas tan complicadas como la replicación del ADN». Apuntó Sánchez a esa apuesta personal por «cerrar brechas y desigualdades entre el medio rural y el urbano».

'Margaritos' como Jesús Ávila -«ella no creía en la inspiración repentina, sino en el trabajo bien hecho»-, Luis Blanco y Cristina Garmendia fueron tomando voz para revelar la gran figura en todo su esplendor, también como académica, como emprendedora, como hacedora de patentes que aportaron grandísimos beneficios a España. «Quería que la ciencia trascendiera a la sociedad por todos los canales posibles», subrayó Garmendia.

La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, cerró el homenaje con un elogio a su «torrencial pasión» por la investigación, la docencia y por la divulgación. «Todo lo que pretende este Ministerio tiene un nombre: se llama Margarita Salas», aseguró Morant. No se olvidó del carácter afable y humilde de la asturiana, destacó que es además un referente para atraer las vocaciones científicas de las niñas, aún una minoría en los laboratorios. «Sin el talento de las mujeres no habrá transformación justa. Ojalá más Margaritas Salas. En eso está volcado nuestro Ministerio, en que puedan florecer más margaritas que contribuyan a construir el mejor futuro posible».