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Después de Vegadeo, el tren continúa ruta hasta Ferrol. PALOMA UCHA
Más de un día para cruzar Asturias en tren

Más de un día para cruzar Asturias en tren

De Colombres a Vegadeo. Veinticuatro horas y veintiséis minutos es el tiempo que se tarda desde que el tren arranca en la primera parada del oriente hasta que llega a la última del occidente

ANA RANERA

Domingo, 9 de mayo 2021, 02:00

Hacen faltan veinticuatro horas y veintiséis minutos para cruzar Asturias, de Colombres a Vegadeo, en tren. Esa es, aunque parezca imposible, la combinación más rápida para ir de un extremo a otro de nuestra región sobre las vías. Este viaje, obligatoriamente, tiene que hacerse en dos fases: primero, de Colombres a Gijón y, al día siguiente, reanudar la marcha para ir de Gijón a Vegadeo. En total, ocho horas y cuatro minutos dentro del vagón, en las que se hacen 87 paradas y en las que encontrarse con pasajeros es casi un milagro, aunque esto tampoco sorprende.

Este viaje o, mejor dicho, esta aventura comienza ya antes de sacar los billetes porque por internet resulta misión imposible y, en taquilla, tampoco puede hacerse, ya que hasta el mismo día no están en venta. De esa manera, la única opción es llevar dinero en efectivo -10,40 euros- para pagarle el ticket al revisor pues, a la estación de Colombres, las máquinas aún no han llegado. Y, una vez allí, más vale ser puntual porque, en caso de perder este tren, tocará esperar hasta el día siguiente para llegar a nuestro destino.

En la estación de Ribadedeva apenas suele haber viajeros, aunque Carmen Suco y su nieta son algunas de las que, de vez en cuando, se animan a hacer este trayecto. Ellas viven en Gijón, pero les encanta disfrutar unos días de Colombres como hacía Carmen en su infancia cuando su abuela vivía allí. «De niña tardaba en hacer este viaje en tren lo mismo que ahora», cuenta. El recorrido, por eso, se hace «pesado», aunque ella también le encuentra alguna que otra ventaja a este transporte: «Vas viendo el paisaje porque se mete por sitios que, con el coche, no se ven. Además, el personal es muy amable», asegura.

Gijón. A las siete de la mañana, sale el tren que, tras un trasbordo, llega a Vegadeo. Tuero

Todo lo que dice es cierto, pero este tren llega desde Santander vacío y, nada más subir, avisan de que habrá que hacer transbordo en Llanes, adonde llega el convoy 23 minutos después de arrancar. En esa estación, hay algo más de movimiento, aunque poco y para trayectos cortos entre pueblos como San Roque del Acebal y Posada. Los pasajeros se cuentan con los dedos y el tren atraviesa las 31 paradas previstas sin frenar en prácticamente ninguna hasta llegar a Pola de Siero, donde ya se anima algo el ambiente.

Para alcanzar Gijón, tocará hacer un nuevo transbordo en El Berrón que ya, por fin, lleva directo a Sanz Crespo, tres horas y 44 minutos después de arrancar. Un trayecto que solo tarda diez minutos menos que si hubiéramos ido en tren desde Gijón hasta Valladolid, pero no, no hemos atravesado Castilla, solo hemos cruzado media Asturias.

Si alguien se anima a vivir esta experiencia, tendrá una tarde para disfrutar de Gijón y una noche para alojarse aquí y coger fuerzas porque el tren a Vegadeo -que cuesta 12,80 euros- es para madrugadores: a las siete de la mañana arranca. Lo hace con bastante afluencia, eso sí, porque este convoy -que llega hasta Pravia- hace antes otras 26 paradas, entre las que están Avilés, Candás, Luanco o Laminación, adonde van muchos trabajadores como Alejandro García. «No me queda otra que venir en tren porque no tengo carnet de conducir», explica. Él dice que no está mal el servicio porque «suelo ir durmiendo y no me doy mucha cuenta».

Oviedo. El tren, procedente de Colombres, llega a Oviedo, donde apenas se bajan pasajeros. Piña

Alina García también está contenta con su experiencia, ella va hasta Candás y dice que «con la pandemia, el tren resultó muy útil porque otros servicios se suspendieron». No coincide con ella José Antonio Llorente que lleva dieciséis años haciendo uso de los cercanías y está «harto». «Es un desastre, no cumplen los horarios, en invierno hay goteras y si se estropea, te dejan tirado», asegura.

Estos tres viajeros -como muchos otros- se bajan antes de llegar a Pravia, donde toca hacer un nuevo trasbordo, a las 8.12 horas, antes de afrontar el tramo del viaje que lleva hasta Vegadeo. Después de veinte minutos de espera en un andén desierto, llega el convoy y, en él, viaja una única persona, la gijonesa María Villena, para hacerse el recorrido completo hasta nuestra frontera con Galicia, un itinerario de algo menos de tres horas. «Mi marido dice que hay que rezar antes de coger

este tren», bromea Villena. Lo cuenta porque, más bien, «parece la diligencia del oeste». Ya lo comenta el revisor: «Hoy estamos de suerte, el baño funciona».

Colombres. Dos viajeras hicieron el recorrido desde Colombres hasta Gijón. Pardo

Las conversaciones constantes entre los trabajadores dejan claro que dan por perdido el servicio: «Solo hay un tren al día, pero es que tampoco viene nadie», comentan entre ellos. ¿Cómo va a ir alguien si tardan cuatro horas y veinte minutos en ir desde Gijón a Vegadeo? Al final, la falta de inversión es la culpable de la falta de ganancia. Las vías están en mal estado, el tren es muy lento y nadie quiere viajar así. Cualquiera elegiría el coche o, si no, el autobús.

Y eso que el tren tiene muchos adeptos y, si funcionara bien, lo elegirían. Pocos muestran interés por revivirlo. Muchos más asumen su agonía sin darse cuenta de que estas líneas que alcanzan Colombres y Vegadeo son valiosas por los enclaves espectaculares que recorren. Podrían ser un reclamo turístico, pero, de momento, van, entre traqueteos y chirridos, camino de su final.

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