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carlos otaduy
Viernes, 6 de agosto 2021, 18:30
Los Mossos d'Esquadra detuvieron, el pasado martes, a un hombre de 38 años acusado de delitos de agresión sexual y amenazas. Es uno de los proxenetas más buscados del país y estaba reclamado por tres juzgados de diferentes puntos de España. El detenido, informaron ... los Mossos, pasó este jueves a disposición judicial y el magistrado decretó su ingreso en prisión.
La investigación policial se inició con la denuncia de agresión sexual por parte de una mujer a principios de enero. Todo comenzó cuando la mujer, presa de una mala situación económica a causa de la covid-19, conoció a un hombre que le ofreció dinero a cambio de sexo. Días después, ese mismo hombre le pasó el número de teléfono a una conocida suya que llamó a la denunciante para que ejerciera la prostitución. La mujer aceptó debido a su precaria situación. A las pocas semanas y como en el piso en el que empezó a ejercer la prostitución había poco trabajo, otra compañera le ofreció pasarse a trabajar con otro hombre que gestionaba un chat de mensajería instantánea centrado en servicios de prostitución.
Este último hombre le instó a enviarle el documento de identidad y unas fotos de contenido erótico para colgar en la aplicación. Días después volvió a contactarla, esta vez para ofrecerle hacer una sesión de fotos en un hotel. Ella accedió y fue agredida sexualmente. A raíz de la denuncia de la víctima la Policía inició las labores de investigación para identificar al agresor, que acabo siendo el proxeneta en cuestión.
Sus víctimas eran mujeres jóvenes con problemas económicos. A algunas de ellas las contactaba bajo el pretexto de ejercer labores de limpieza y a otras a través de portales de internet. Una vez entraban en su red las explotaba sexualmente. A los clientes de estos servicios también los extorsionaba, amenazándolos con hacer público que hacían uso de estos servicios. Para no ser detectado suplantaba la identidad de las chicas que explotaba. Habría cuentas corrientes, tarjetas de crédito o contrataba líneas telefónicas a su nombre. De esta manera su identidad quedaba protegida a ojos de la Policía.
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