Hace nueve días los tres hermanos Cebrián no volvieron al centro de acogida donde vivían. Ese domingo, como tantos otros, la madre los recogió para una de sus visitas. Pocas horas juntos. Del mediodía al comienzo de la noche. Pero no llegó con ellos tampoco ... al día siguiente. Los servicios municipales de la Comunidad de Madrid les habían retirado la custodia a ambos progenitores, en 2016, al evaluar que no recibían los cuidados mínimos. Miguel Cebrián y Nieves Bartu ya no son pareja. Tuvieron a sus hijos cuando ella apenas rozaba la mayoría de edad. Él tiene algo más de permisos con los niños, que pueden quedarse a dormir en la casa paterna algunos fines de semana. El padre vive en San Agustín de Guadalix, la madre en Ciempozuelos. Los niños, en Aranjuez, en la residencia de menores Madre Teresa.
Publicidad
La alerta la lanzó la Policía Nacional y SOS Desaparecidos se hizo eco de la búsqueda, cuando Nieves, de 27 años, no llevó a los niños a su hogar provisional.
El mayor, Jonathan, tiene 9 años, mide 1,40 y pesa 36 kilos. El del medio, Izán, mide 10 centímetros menos, y pesa 30 kilos. El pequeño, Adán, tiene cinco años, llega al metro y pesa 18 kilos. No fueron «reingresados» a su centro, dice el cartel de búsqueda. Los tres tienen cabello castaño y ojos marrones. las autoridades piden la ayuda ciudadana. «Los niños van a estar bien porque es su madre». dijo Miguel Cebrián en una entrevista en 7NNTV. «Pero el mayor tiene una medicación por hiperactividad y el menor está recién operado de vegetaciones y amígdalas y tiene revisiones. Así, ella no los puede llevar a un médico, al colegio o a un parque a jugar».
Aunque no se teme por la integridad física de los niños, la madre no ha podido ser localizada por las autoridades desde ese 15 de noviembre que se dio la voz de alarma, dando por desaparecidos a sus hijos. Ni en su domicilio ni en su teléfono de contacto hallaron a la mujer. Su coche está averiado y la buscan en las cámaras de seguridad de los transportes públicos, sobre todo los que prestan servicio a Madrid capital y a Córdoba, ciudades donde se sospecha que podría haber buscado refugio.
«Ha sido la misma desesperación», explica el padre. «Porque son muchos años (que los niños están en una casa de acogida) y se te cae el mundo encima, y lo intentas y lo intentas. Espero que la Comunidad de Madrid se dé cuenta que tienen un padre y no tienen que estar en un centro».
La Policía Nacional, encargada del caso con la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), puso la foto de los niños en sus redes sociales, para solicitar ayuda ciudadana. La polémica no ha tardado en encenderse, comparando este caso con el de Juana Rivas y hablando de secuestro parental, un extremo al que ni siquiera el padre ha querido llegar a acusar.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.