No es una moda ni una afición pasajera. El deporte femenino avanza con paso firme hacia la cima en la que merece estar, la misma en la que están las competiciones masculinas desde siempre. Y es que nadie cuestiona que los hombres, compitan en disciplinas individuales o colectivas, llenen estadios y polideportivos o que las cadenas de televisión peleen cada temporada por los derechos de emisión. Sin embargo, sigue siendo toda una sorpresa que las mujeres superen esan marcas o que cadenas privadas de ámbito nacional apuesten por ellas. Por eso dio la vuelta al mundo que el Athletic Club y el Atlético de Madrid reunieran a más de 48.000 aficionados en San Mamés en las semifinales de la Copa de la Reina el pasado enero (un récord superado por el Atlético y el Barça en marzo, que reunieron a casi 61.000 seguidores en el Wanda Metropolitano) y constituyó todo un hito de la televisión y el deporte que Telecinco retransmitiera la final el pasado 11 de mayo. Asturias también ha sido testigo de esta 'revolución'. El 21 de abril, cerca de 10.000 personas se sentaron en las gradas de El Molinón para presenciar el derbi entre el Sporting y el Gijón FF. Sin duda, un día para el recuerdo.
Publicidad
Pero el deporte femenino tiene una vertiente oscurecida por el sexismo y las actitudes machistas. Visibilizarlas es el primer paso para acabar con unas conductas que afectan tanto a deportistas de base como a figuras destacadas y dañan la imagen del deporte. Para muestra, basta fijarse en todo lo que ha ocurrido esta semana, y solo estamos a miércoles).
El lunes, toda España se escandalizó por algo que ocurrió en Asturias. Las ganadoras del Campeonato de Asturias de Squash, celebrado el pasado fin de semana en Las Vegas, recibieron un trofeo y un paquete regalo que incluía kits de depilación, una lima eléctrica y un vibrador. «Es el colmo del sexismo», sentenció la Federación de Squash del Principado. De hecho, el Principado ha tomado cartas en el asunto y el club Squash Oviedo, último responsable de lo ocurrido, estudia su disolución.
Y de 'premios' que sobran, a otros que faltan. Porque si ellos los reciben, ¿por qué no ellas? Es la pregunta que este martes dejó en el aire la medallista olímpica Lydia Valentín, que este fin de semana recibió el 'balón de oro' de la halterofilia. «Estoy muy feliz por el premio (...), pero a la vez entristecida, porque el premio masculino obtuvo un reconocimiento económico que yo no tuve... En fin... Algo no va bien», lamentó la leonesa en Twitter. Su comentario, por cierto, suscitó un debate en el que salieron a relucir los vibradores.
«Seguiremos trabajando para que estos reconocimientos se trate a todos por igual», anotó Valentín en un segundo comentario. Y es que está claro que aún queda mucho por hacer. Para muestra, lo ocurrido en una competición de pelota de la localidad guipuzcoana de Azkoitia y que se ha conocido este miércoles.
Publicidad
«¿Las chicas pelotaris?, y quién va a estar en la cocina preparando la cena»; «Hoy jugarán las chicas a las 17.00 horas, para ir luego a la cocina». Son algunos de los comentarios que se han distribuido en un grupo de WhatsApp del que formaban parte varios de los inscritos en el torneo del Día de la Pelota, previsto para el 8 de junio. Ante estos insultos y comentarios machistas, la organización ha tomado una decisión inapelable: suspender la competición masculina y dejar a los chicos fuera del torneo.
Y por si esto fuera poco para evidenciar las barreras que aún debe sortear el deporte femenino, la jugadora de balonmano navarra Maite Zugarrondo, una de las tres porteras del Super Amara Bera Bera, ha anunciado que abandona el deporte de élite por no poder conciliar su trabajo con el cuidado de dos sobrinas de 4 y 6 años cuya custodia acaba de asumir.
Publicidad
Su trabajo, ha explicado en rueda de prensa, «exige hábitos estrictos de descanso, calidad de sueño, alimentación», unas condiciones que no podía cumplir a rajatabla desde que tenía a las pequeñas a su cargo, hace dos años. Zugarrondo ha dicho estar sorprendida por el eco mediático de su caso, pero «ojalá» sea «un tirón de orejas» que suscite el interés en deportes minoritarios como el balonmano y que las instituciones y el Gobierno «ayuden a las deportistas para poder conciliar». Y es que todavía son necesarios esos toques de atención.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.