CECILIA PÉREZ
OVIEDO.
Viernes, 3 de abril 2020, 00:42
Si algo ha logrado el confinamiento para acabar cuanto antes con la pandemia del coronavirus es agudizar la imaginación, la solidaridad y fomentar las relaciones vecinales. Nunca antes las ventanas, balcones y terrazas cobraron tanto protagonismo. Todo comenzó con los aplausos en homenaje a los ... sanitarios y de ahí vino lo demás.
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Ideas que han conseguido poner hasta banda sonora a estos tiempos. De manera profesional lo ha hecho la empresa Disco Astur. Sus empleados se han organizado para pinchar todas las tardes desde todos los puntos de la región. En La Corredoria, dos de estos DJ han logrado unir al barrio en torno a la música. «Yo me pongo en el balcón después de los aplausos, una media hora, para no molestar. No he fallado ningún día desde que comenzó el confinamiento», cuenta Nany Fernández desde su vivienda en la calle José Requejo. Una sesión musical que los vecinos agradecen: «Me esperan como quien espera que empiece su programa de televisión favorito. Es como una terapia que me viene bien a mí, por verlos disfrutar, y a ellos. Cuando acabo me lo agradecen con una ovación de aplausos».
Esta ha sido la manera con la que Fernández ha puesto cara a sus vecinos. «Llevo quince años viviendo aquí y había gente que no conocía. Hay quien me ha dejado un regalo a la puerta, agradeciéndome que les ponga música. También me dejan notas dándome las gracias».
Él sale al balcón con su altavoz y mucha energía. Las peticiones vecinales han logrado conformar hasta una 'play list'. «Hay canciones que no pueden fallar, como 'Asturias', de Víctor Manuel, o la de Melendi, el 'Asturias patria querida' o 'Resistiré', del Dúo Dinámico».
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En la otra punta de La Corredoria se encuentra Santi del Fresno. Su vivienda se ubica cerca ya de Parque Principado, en la calle La Media Legua. Que su domicilio dé hacia la autopista y no hacia la calle no le ha impedido poner música a estas semanas de cuarentena. Eso sí, él lo hace vía redes sociales. «Pincho en directo a través de Facebook. Suelo ponerme sobre las seis de la tarde y hasta las ocho. Al principio, era una sesión de música de los noventa, pero luego compré un micro y un equipo para conectar al teléfono móvil y ahora hago una especie de programa de radio. A los pocos segundos de conectarme ya tengo a más de treinta seguidores y me abrasan a peticiones», asegura en el mejor de los sentidos.
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Una rutina, esta de pinchar en plena cuarentena, que también sirve de terapia para los 'dj'. «Es una liberación que te ayuda a desconectar».
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