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¿Alquien se podría imaginar que la preciosa mimosa esté catalogada como especie exótica invasora? Seguro que no. También denominada acacia dealbata, se trata de un árbol de hoja perenne originario de Australia. Recién terminado el invierno, pronto se han empezado a ... ver las copas llenas de esas pequeñas flores amarillas redondas que tanto llaman la atención.
En jardinería se aprecia mucho a la mimosa como planta ornamental, sin embargo, tratarla como tal la ha hecho una especie invasora, esto es, se instala en un ecosistema y es capaz de colonizarlo de modo que termina desplazando a las especies autóctonas. Estas especies crean muchos problemas, sobre todo a nivel económico pues ocasiona auténticas pérdidas millonarias por daños a la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la pesca, el turismo y las infraestructuras, entre otros.
La mimosa tiene muchísimas cualidades que la convierten en una planta muy territorial. Se adapta a cualquier tipo de suelo, soporta heladas no demasiado intensas, crece más rápido que otras y se reproduce fácilmente, brota en seguida después de un incendio, puesto que el calor estimula sus semillas. Pero el grave problema está en una sustancia que segrega que complica el crecimiento de las plantas próximasa ella, por eso las especies autóctonas no pueden competir con la mimosa y terminan desapareciendo.
En su hábitat de origen cumple con su función, pero debido a la acción del hombre al situarla en lugares que no le corresponden, se ha convertido en invasora de forma intencionada. Concretamente en el noroeste de España se ha extendido hasta transformarse en 'plaga', tanto que probablemente sea demasiado tarde y no se consiga nunca eliminar por completo.
Desde la Asociación de Amigos del Jardín Botánico, la presidenta, Pilar Madiedo lanza un mensaje para todos aquellos que salen a hacer rutas, bien caminando o en bicicleta: «Hay muchas plantas que son muy atractivas pero están desplazando a otras». Según Madiedo, es necesario «saber identificar las plantas invasoras«puesto que terminan con la vida de otras que tenemos que conservar por ser raras, autóctonas o endémicas».
Anima Madiedo a hacer una ruta por el Jardín Botánico de la ciudad «para conocer de primera mano el contrapunto entre aquellas que desplazan y son invasoras y las que se deben conservar». Para ello, en una visita al Jardín podrán ver toda la información de cada planta en cuestión en carteles explicativos. «Además cada mes destacamos determinadas plantas de varios tipos de las cuales ampliamos aún más la ficha», explica la presidenta.
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