¿Por qué el martes 13 se asocia a la mala suerte?

Los romanos creían que todo lo que comenzaba en martes no tendría un buen final y por ello evitaban emprender proyectos este día. Incluso la tradición vikinga encuentra una referencia al 13 asociada a Loki, el dios traicionero y caótico.

Por otro lado, la tradición cristiana cuenta que fue un martes 13 cuando Judas Iscariote vendió a Jesucristo por 30 monedas de plata y se produjo la famosa traición. Los estudiosos de la materia también indican que fue en martes 13 cuando en la Torre de Babel se comenzaron a difuminar las lenguas que se hablaban en el mundo causando así una incomunicación total para los humanos con su consecuente desgracia.

Sea como fuere, la superstición forma parte de nuestra cultura en mayor o menor medida. Hay quienes creen y quienes se mantienen incrédulos ante un día como el de hoy, y los hay que añaden más leña al fuego aludiendo que este 2024 para colmo es bisiesto y, haciendo uso del refranero, evidencian la mala suerte que esto puede acarrear.

Es innegable la cantidad de connotaciones negativas asociadas al número 13. No hay más que fijarse en algunas aerolíneas que no cuentan con asientos numerados con el 13 para evitar esta superstición si algún pasajero se negara a sentarse en esa fila. O en Nueva York donde hasta hace unos años no existían los pisos 13 por la creencia de que así ahuyentarían las desgracias. Los habitantes se sentían más tranquilos cuando en su planta en lugar de poner 13 ponía 12a, la numeración usada para indicar el piso que precedía al 14.

Pero no en todas las partes del mundo la mala suerte está asociada al número 13 ni al martes. En Italia el día de mal augurio es el viernes 17 por una cuestión de la cultura romana ya que en ella el número 17 se escribe XVIII que al reorganizar las letras forma la palabra 'viví' lo que significa estar muerto.

En la cultura oriental la cifra prohibida es el 4 ya que su pronunciación original es 'shi', es decir, muerte. Es tal la fobia a este número que los japoneses buscaron una alternativa fonética pasando a llamarlo 'yon' en busca de que la nueva pronunciación les diera buena fortuna en un día tan señalado.

La última vez que se produjo un martes 13 fue en octubre de 2020, en plena pandemia mundial. Los supersticiosos encontrarán asociaciones entre ese día y lo que pudiera ocurrir, pero esta conducta no es más que una alusión a las emociones en detrimento de la racionalidad, según indican los expertos.

Los sesgos de realidad crean un fuerte impacto en las emociones dejando que solamente estas tomen las decisiones y formen unas creencias sobre el mundo acordes a la superstición por lo que si nos fijamos en la realidad y los hechos, veremos que ningún día del año está libre de la mala suerte.