Coronavirus | «Veo respeto y calma, todos estamos concienciados»
José Enrique Cabañas, pescadero ·
Este gijonés cuenta que «los clientes de toda la vida llaman antes de venir y también estamos repartiendo por los domicilios»Secciones
Servicios
Destacamos
José Enrique Cabañas, pescadero ·
Este gijonés cuenta que «los clientes de toda la vida llaman antes de venir y también estamos repartiendo por los domicilios»pablo a. marín estrada
Viernes, 20 de marzo 2020, 03:12
José Enrique Cabañas retira con la pala el hielo de su pescadería antes de colgar en la puerta el cartel de cerrado. «Por hoy –aclara-. Mañana aquí estaremos a las siete y media de nuevo montando el mostrador. Es el horario que llevamos estos últimos ... días. Normalmente venimos a las 6, pero la gente ya no madruga tanto». Sobre la mascarilla de protección sus ojos parecen traducir el brillo del humor de una sonrisa, esa que lleva compartiendo con sus clientes en este establecimiento de la calle Guipúzcoa, en Pumarín, con la puerta abierta desde hace casi medio siglo. «Lo puso mi madre. Yo llevo ventiséis años trabajando aquí y a la mayoría de la gente que viene la conozco desde que era pequeño. Son todos algo más que clientes, y el barrio… ¡Qué te voy a decir! Aunque ahora vivo en Montevil, nací y me crié en él. Para mí es lo más de lo más». Detalla que gracias a esa fidelidad de los vecinos, de momento no está notando un descenso de ventas. «Eso sí, cada día es distinto y siempre tienes un poco de zozobra por si no sale lo que trajiste. Y es mercancía perecedera».
Por lo demás, Quique –como le llaman sus parroquianos de toda la vida– afirma sentirse afortunado en las actuales circunstancias: «Estoy a pie de calle y con la puerta abierta, no me puedo quejar». Él mismo acude con su camión a las rulas de Avilés y Gijón para proveerse a diario. Allí, relata que «se siguen desde el primer momento todas las medidas: distancias de seguridad, todo con guantes, sin hacer grupos y restringiendo el contacto con los demás. En el Musel suelen avisarnos por guasap de la hora a la que empieza la venta. A las seis normalmente». Capturas no faltan, los barcos siguen faenando y apunta que la única circunstancia especial es que la mayor parte de los pescadores «están en la costera de la xarda y hay menos ejemplares de otras especies. Peces grandes como besugo, virrey y similares, salen pocos porque los solía absorver la hostelería». Él procura tener informados a sus clientes por teléfono. «Mucha gente llama también antes de venir y estamos llevando pedidos a los domicilios para quienes no pueden venir o prefieren no salir. Vamos preparando cada encargo y al cerrar repartimos. En la medida de nuestras posibilidades todos tenemos que aportar lo que podamos en esta situación, que es muy seria».
La actitud general que observa en su clientela «es de respeto y calma. Creo que todos estamos concienciados de lo importante que es evitar que los contagios se disparen y podamos salir de esta». Tras concluir el reparto a domicilio se va a casa y allí espera «con ganas» a que lleguen las 8 para salir al balcón a aplaudir a los que están en primera línea. «Se me pone la carne de gallina». Sus ojos brillan sobre la máscara. «Que la gente siga en casa. Por todos».
Más información
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.