EDUARDO PANEQUE
GIJÓN.
Domingo, 1 de marzo 2020, 03:54
Poco podrían imaginar, cuando paseaban por las calles de Póvoa de Varzim, una localidad a 30 kilómetros de Oporto, que pocos días después de su regreso harían noche en las habitaciones de aislamiento del Hospital Unviersitario Central de Asturias (HUCA).
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Un escritor afincado en Gijón se ha convertido en protagonista sin quererlo de la incidencia del coronavirus en Asturias ... . Él ha sido el primer caso confirmado y, su mujer, también autora literaria, aguardaba al cierre de esta edición el resultado de las pruebas. «Me han hecho un montón de exámenes aquí en el hospital, el trato está siendo inmejorable», declaró el paciente a EL COMERCIO, instantes después de ser ingresado. Convertirse en el primer caso hizo correr la noticia como la pólvora y, como él mismo reconocía, en poco tiempo recibió «más de cien llamadas y no sé cuantos mensajes, no me está dando tiempo a contestar a todo ellos». Ella se muestra más optimista «tras el susto enorme que nos llevamos los últimos días, porque además nos veíamos solos en casa», confesó a este diario mientras esperaba los resultados de la prueba.
El susto estaba justificado. El escritor gijonés empezó a sentir síntomas de neumonía a la vuelta de Portugal. Tal y como cuenta su esposa, «fue un susto enorme en un primer momento. Además, las últimas 24 horas estábamos solos en casa y no sabíamos qué iba a pasar». Se refiere a las horas que transucurrieron entre su visita al Sanatorio Covadonga la noche del viernes y la segunda visita del sábado por la mañana. «Mi marido se iba poniendo peor», relató.
Ahora, ya tras pasar unas horas ingresados, el escritor chileno siente cierto alivio. «Veo que estoy evolucionando bien, respiro mejor», dice sin perder la ocasión para agradecer «todos los exámenes que me están haciendo, que son lo más rigurosos posible».
Aunque en habitaciones separadas, la pareja está en permanente contacto. «Nos sentimos aliviados porque parece que todo va a mejor desde que estamos aquí». Ella habla aún desde la incertiumbre. Lo que ya tenía claro es que la noche del sábado le tocaba pasarla en el hospital. «Estoy deseando descansar, han sido jornadas agotadoras», afirma. Independientemente de los resultados, los síntomas de fiebre que presentó y obligaron a hacerle las pruebas, parece que remiten. «Estoy evolucionando bien», confiesa expectante.
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