Coronavirus | El coronavirus llega al Vaticano

El primer caso confirmado de esta enfermedad propició que se llevaran a cabo pruebas de coronavirus entre las personas que tuvieron contacto con el afectado, en particular en la Secretaría de Estado. No es ese el único caso que preocupa en el Vaticano, pues la Pontificia Academia para la Vida informó que uno de los participantes en un evento celebrado del 26 al 28 de febrero dio positivo por coronavirus. Las otras personas que acudieron al encuentro, entre las que hay un arzobispo y varios funcionarios de la Curia romana, fueron informadas de este hecho para que se hicieran la prueba y se pudieran en cuarentena. El Papa tenía previsto recibir a los participantes en ese seminario, aunque la audiencia se canceló por el resfriado que sufre desde la semana pasada.

En medio de una preocupación creciente por la proliferación de la epidemia, el Vaticano trata de adaptarse a las últimas normas de las autoridades italianas para evitar los contagios, entre las que destaca la prohibición de celebrar encuentros multitudinarios pues es necesario mantener un metro de distancia entre las personas. Una de las opciones que se barajan consiste en limitar las audiencias generales de los miércoles y los rezos del Ángelus de los domingos, ambos presididos por el Papa. En este caso, se cambiaría por una emisión en vídeo para evitar las aglomeraciones. La Santa Sede sopesa si aplicar mañana mismo esta medida, ya que en la ciudad inquieta el trasiego constante de turistas y fieles hacia la plaza de San Pedro y los museos, pese a que su intensidad ha disminuido en la última semana.

El pasado martes, el diario romano 'Il Messaggero' informó de que a Francisco, de 83 años, se le hizo la prueba del coronavirus y dio resultado negativo. El Pontífice lleva desde la semana anterior con una «leve indisposición», según informó Bruni, que propició la cancelación de varias audiencias y que no participara en la semana de ejercicios espirituales de Cuaresma que concluyeron ayer en la Casa Divin Maestro de Ariccia, una localidad situada a unos 30 kilómetros al sureste de Roma.

Fue el propio Jorge Mario Bergoglio el que, tras dirigir el rezo del Ángelus el pasado domingo, contó que el «resfriado» le obligaba a quedarse en la Domus Santa Marta, la residencia donde vive, y seguir desde allí los ejercicios espirituales. Bruni confirmó el martes que el Papa seguía resfriado y dijo que no tenía «síntomas propios de otras patologías», aclarando así implícitamente que no se había contagiado de coronavirus.

Hace días el Vaticano distribuyó entre sus empleados una lista con las recomendaciones básicas para hacer frente a la epidemia. Se han limitado además los contactos de Benedicto XVI con otras personas en el monasterio Mater Ecclesia, situado dentro de los Muros Vaticanos y donde reside desde que renunció al pontificado en 2013. El Papa emérito cumplirá 93 años el mes que viene.