
El clérigo José Luis Fernández Novalín (Nava, 1929) falleció anoche en el HUCA como consecuencia del coronavirus. Había ingresado dos semanas atrás con diferentes dolencias provocadas por el sarcoma que sufría en una pierna y una complicación derivada de una neumonía. Tras unos primeros días en los que parecía evolucionar favorablemente, desde el lunes pasado su situación se fue agravando. Novalín tenía 91 años prácticamente recién cumplidos, lo hizo el pasado 6 de enero, y se había dedicado los últimos seis a la lectura y el entretenimiento. Era el final de una etapa en Gijón tras su larga estancia en Roma donde llegó a dirigir el colegio Montserrat y la iglesia española.
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Su vida se centró en el estudio y la reflexión sobre la iglesia. Desde sus inicios como profesor hasta sus posteriores trabajos como historiador. Jávier Gómez Cuesta, párroco de la iglesia de San Pedro en Gijón, destaca que «fue un hombre notable para la iglesia y para Asturias». Precisamente en los apartamentos anexos a dicho templo es donde residió los últimos años. Partició en alguna actividad y puntualmente celebró alguna misa. «Tenía una memoria extraordinaria», recuerda Gómez Cuesta.
El curriculum de Novalín es extenso, como intelectual, investigador y docente. Desde sus clases en el Seminario Metropolitano a sus obras centradas en el papel de la Inquisición ente los siglos XV y XVII. Una trayectoria marcada por su visión moderna y crítica de la iglesia.
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