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Francisco Pinilla 'Fran' jamás había recibido tantas llamadas y mensajes por WhatsApp como este domingo por la tarde, después de que la Ertzaintza le mandase a casa mientras recorría las calles de Balmaseda con el hisopo y el agua bendita en ... las manos. «Oriundo de Segovia», este sacerdote oficia desde hace año y medio en la localidad encartada y asegura que «solo quería subir el ánimo de la gente. El ambiente está un poco triste por las malas noticias».
– ¿Por qué decidió salir a bendecir las calles con el lema 'Sal al balcón con tu ramo preparado'?
– No fue idea mía, se le ocurrió a la gente de la parroquia. Veía que el ambientillo estaba un poco triste por las malas noticias del coronavirus y por la necesidad de compartir algo que aquí es muy vivido. Sabían que no iban a tener nada de nada de la Semana Santa.
– Con todo lo que suponen las procesiones para la villa.
– Hablando con algunas personas me dijeron 'aunque solo fueras tú por la calle, yo creo que se animaría la gente'. A raíz de esa idea empecé a preguntar a los miembros de los consejos (parroquiales). También les trasladé a los alcaldes si se podía hacer o no. Y de qué manera.
– Todo sobre seguro.
– De hecho, el alcalde de Zalla dijo que no lo veía por el ambiente que hay en su localidad. También es un pueblo más disperso que Balmaseda.
– Salió con mascarilla y guantes.
– Con todas las medidas de protección. De hecho, al regresar, me cambié, me quité todo, el alba, la estola, los guantes... Todo lo dejé en la entrada de los locales parroquiales. Luego, entré y me cambié de ropa. Con todas las medidas de seguridad posibles. Aun así, cuando subí a casa, me volví a cambiar de nuevo de ropa, me duché... Todo fue a la lavadora.
– Pero la Ertzaintza le mandó a casa.
– Primero me paró un coche. Yo le enseñé la carta del Ayuntamiento y me dijeron que para adelante. También me comentaron que enviarían mi foto al resto de compañeros para que no me tuvieran que parar más veces. Así que continué el recorrido, pero cuando íbamos a terminar la primera parte, que era a pie, y me iba a subir en un coche con todas las medidas de seguridad...
– ¿Qué pasó?
– Vino un segundo vehículo de la Ertzaintza y dijeron que no lo terminaban de ver, que mejor me fuera para casa. Comentaron que esto no dependía del Ayuntamiento.
- ¿Se quedó callado?
– Yo me limité a sacar el documento con el permiso del alcalde. Les recordé que ya habíamos bendecido una residencia y si no podíamos subir a la de Las Laceras (en la que han muerto siete ancianos). Que queríamos bendecirla, aunque fuese desde la calle, desde el coche. Pero contestaron que no. 'Mejor que se vayan para casa', repitieron. Y me fui para casa. Ya había podido bendecir parte del pueblo... Y ya está.
– Pero contaba con la autorización municipal.
– No es que fuese una autorización, es igual que cuando hacemos cualquier otro acto público. Comunicamos al Ayuntamiento y a la Ertzaintza y luego, si el Ayuntamiento o la Ertzaintza ven algún inconveniente, son los que nos dicen... Nosotros teníamos simple y llanamente un comunicado del Consistorio constatando que habían recibido nuestra información. Yo me limité a sacar el documento municipal, pero consideraron que no era motivo suficiente para salir a la calle, ya que no era una cuestión de primera necesidad.
– El Obispado de Bilbao le ha apoyado recordando que cumplía las medidas sanitarias «dictadas al respecto».
– Todas.
– ¿Le ha llamado personalmente el obispo, Mario Iceta?
– Este domingo tuve un aluvión de llamadas telefónicas. El obispo me ha escrito por WhatsApp diciéndome 'mucho ánimo' y ya está.
– ¿Le ha echado alguna regañina?
– No, no. Esto no dependía del Obispado, dependía más de las autoridades civiles.
– Me cuentan que hubo gente, incluso feligreses, que no le reconocieron desde las ventanas.
– Claro, porque iba con la mascarilla. Acostumbrados a verme en vaqueros, y de repente verme por el pueblo con el alba, la estola y con la mascarilla...
– Muchos pensaron 'quién será ese'.
– En algunos vídeos que han circulado por internet se oía 'Fran, estoy aquí'. La mayoría de las personas que salieron a verme se llamaban entre ellos de un balcón al otro. 'Oye, que ya está aquí el cura'. Lo habíamos avisado el día anterior. La gente había preparado con mucha ilusión los ramos en casa. El objetivo era subir un poco los ánimos de la gente y que sintiera que estamos en Semana Santa y que seguimos celebrándola aunque sea desde casa.
– ¿Cuánto lleva de sacerdote?
– Un año y medio. Soy oriundo de Segovia, pero llevo ya aquí (en el País Vasco) seis años o algo así. Yo tengo 33 años.
– ¡Los años de Cristo!
– Sí, yo creía que esta Semana Santa me iba a librar de que me crucificaran, pero con esto... Ja, ja. Me ordené hace año y medio y me mandaron para acá. Me siento muy bien aquí. Estoy encantado.
– Ahora es uno de los sacerdotes más famosos del país.
– ¡Qué va! ¡Qué va! Quita, quita. Yo soy de estar detrás de los medios, no delante.
– ¿Interpreta el coronavirus como una maldición?
– No, para nada. Al final, siempre hay cosas de la naturaleza y del ser humano, que se nos escapan a todos. Igual que tantas otras enfermedades, a lo largo de toda la historia de la humanidad, siempre las habido y las habrá. La cuestión es cómo responder nosotros ante eso. Si nos unimos más y luchamos juntos contra la enfermedad o si cada uno va por su lado. Al final, las enfermedades también crean un caos.
– Este lunes ha presentado una denuncia ante la Ertzaintza por robo en la parroquia de Zalla.
– Ja, ja. ¡Otra vez con los ertzainas! Los ladrones rompieron una persiana y una ventana. Lo que decimos siempre: es más el destrozo que lo que se llevan. Porque dinero no había, han revuelto todo, un armario roto, de esos de seguridad con candado... Han sacado el portátil y el proyector con el que ponemos cosas en catequesis y en misa.
– Fran, ¿volvería a salir como lo hizo el domingo a la mañana?
– A ver, cuando planteamos el asunto, acordamos que solo se haría si se contaban con todas las garantías. En todos los sentidos. La gente que lo propuso también miraba por mi salud. Yo para eso soy más despreocupado, con tal de hacer el bien a la gente. A mí me da igual. La gente también lo decía por mí. Solo si se garantizaban todas las medidas de seguridad para todo el mundo, incluyéndome a mí, se haría algo. Si lo hemos hecho, es porque varios expertos vieron que sí se podía hacer. Si esos mismos expertos nos dicen que se puede hacer alguna otra iniciativa similar, pues lo estudiaremos.
– ¿Y saldría con la misma música?
– Había hecho una playlist de Amazon con varios 'santos' y 'hosannas', pero también está el 'Resistiré 2020' que ha juntado a varios artistas en beneficio de Cáritas y luego el 'Un canto a la vida', de Vanesa Martín, que ha hecho en beneficio de Cruz Roja.
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