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g. Díaz-Rubín /c. pérez
Domingo, 15 de marzo 2020, 03:29
El decreto de la Alcaldía, promulgado ayer por el Ayuntamiento de Oviedo, suspende los permisos y vacaciones de todos los funcionarios de la Policía Local y del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento. «No se concederán, en tanto se mantenga la situación ... de crisis sanitaria, nuevos permisos, licencias o vacaciones», recoge el decreto, extensible al resto de trabajadores municipales.
Todo en un día, el de ayer, en el que la Policía Local acabó sancionando a diez negocios hosteleros que se negaron a cumplir el decreto de la Consejería de Sanidad que ordenaba el cierre de todos los bares. El cuartel de Rubín recibió hasta 44 avisos por parte de los ciudadanos, denunciando la negativa al cierre. A los propietarios de los locales se les informó de que la apertura de expediente será notificada a la Consejería con su correspondiente sanción, 3.000 euros.
Fuentes de la concejalía de Seguridad confirmaron que la mayoría cumplieron la orden «sin problemas» y que buena parte de los locales ya estaban cerrados desde el viernes por la noche.
Ayuda de policías jubilados
La jefatura no ha considerado necesario reforzar el servicio para esta tarea, pero desde ayer todos los funcionarios de Policía Local, Bomberos y Protección Civil tienen orden de estar disponibles y localizables para refuerzos eventuales. Incluso agentes ya jubilados se han ofrecido para cubrir las posibles necesidades. El servicio del turno de noche, en cambio, sí será reforzado para controlar posibles incumplimientos del decreto del estado de alarma.
Sin puestos callejeros en El Fontán
La suspensión del mercadillo beneficia a los comerciantes de la plaza de abastos que han doblado su facturación en esta última semana
Las únicas vendedoras que ayer se mantenían impávidas en la plaza de El Fontán fueron las que conforman la escultura de bronce que ornamenta la plaza de Daoíz y Velarde. Ni rastro de las de carne y hueso porque ayer, el tradicional mercado callejero y de venta ambulante ovetense quedó suspendido a raíz de las medidas impuestas por el Ayuntamiento para evitar la propagación del coronavirus.
La imagen de este mercado tradicional, con medio siglo de historia, fue de todo inusual aunque aplaudida por los vecinos. «Se me hace raro, pero todo lo que sea evitar contagios, bienvenido sea», valoró Serafina López, una de las pocas paseantes que ayer se pudieron encontrar por la inmediación de la plaza.
Tanto el mercado callejero de verduras, como la venta ambulante, que se celebra cada jueves y sábado, así como el rastro dominical se han suspendido, al menos durante las dos próximas semanas. No así el mercado de abastos del interior de la plaza de El Fontán. Ayer los puestos se jalonaban de clientes para hacer acopio de víveres. Francisco Michelón regenta la carnicería 'Paco'. Consciente del incremento de clientela, hace otra lectura. «Estos días hemos vendido más carne que en Naviadad porque la gente compra más de lo normal», una realidad que se concreta en el volumen de facturación que se ha multiplicado por dos, reconoce Michelón. «Ahora nos viene muy bien pero sabemos que en unos días la gente no va a venir porque ya lo ha comprado todo».
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