Borrar
'Sporting Hoy': análisis del primer partido de Garitano
Abelardo Margolles. PALOMA UCHA
«Consumimos los alimentos más seguros de toda nuestra historia»

«Consumimos los alimentos más seguros de toda nuestra historia»

Abelardo Margolles Barros Investigador del IPLA ·

«El desarrollo rápido de las vacunas contra la covid muestra la importancia de financiar la investigación básica»

M. F. ANTUÑA

GIJÓN.

Lunes, 20 de diciembre 2021, 00:57

Abelardo Margolles (Villaviciosa, 1968) es uno de los científicos más citados de 2021. Está en esa élite cuyos trabajos se leen y alimentan nuevas investigaciones a lo largo del mundo. Desde el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA) del CSIC, este doctor en Farmacia lidera estudios relacionados con el sector alimentario y que miran cada vez más al futuro hacia todo lo que tiene que ver con la microbiota, es decir, el conjunto de microorganismos que habitan nuestro cuerpo y de cuya mano se puede mejorar la salud.

-¿Buenos tiempos o malos para la ciencia en este mundo pandémico?

-Es muy relativo. Con la pandemia que tenemos encima, buenos no son, pero que la ciencia ha sabido responder a ella en un tiempo récord es un hecho. En un país como España en el que la inversión en investigación y desarrollo está lejos de ser óptima, ha puesto la ciencia en boca de todo el mundo, la ha popularizado. Hoy la gente habla de vacunas, del ARN mensajero y hace un par de años nadie sabía qué era. En los dos últimos años, se han tomado decisiones obviamente muy difíciles, unas más acertadas y otras menos, pero lo que no ha fallado en todo este tiempo ha sido la ciencia en sí. Los cimientos científicos son la semilla que nos ha permitido responder tan rápido para la elaboración de nuevas vacunas y esto debería indicar la importancia de financiar la investigación básica, la que estudia los procesos fundamentales sin buscar una aplicación determinada. En el desarrollo de las vacunas nos hemos aprovechado de esa investigación, sin ese conocimiento básico no lo habríamos conseguido.

-¿Qué cuerpo se le queda a un científico cuando escucha a un antivacunas?

-Yo les recomendaría que se nutran de fuentes de conocimiento fiables. Y esas son las que vienen de la ciencia. Cuando alguien toma una decisión que va en contra del conocimiento científico, en general, no es una buena decisión.

-¿Qué le diría a Miguel Bosé si lo tuviera delante?

-Que las vacunas son uno de los grandes avances de la medicina no hay duda, la evidencia científica sobre su eficacia es abrumadora. Insisto, se deben tomar las decisiones conforme al conocimiento científico y pensando también en la comunidad. Luego está el debate de si ha de ser obligatorio o no, que es opinable.

-¿Usted qué opina?

-Es una cuestión de las administraciones, yo lo que haría es recomendar a todo el mundo la vacunación.

-¿Pero usted cree que se debería obligar?

-¿Se puede hacer?

-¿Piensa que no se puede?

-No creo que se pueda obligar. Lo que hay que hacer es concienciar hasta la extenuación.

-¿Por qué la ciencia engancha?

-Lo que tiene de bonito es su dinamismo en general, no es para nada un trabajo monótono, va avanzando continuamente, lo que se estudiaba hace unos años no tiene nada que ver con lo que se puede estudiar ahora. En nuestra disciplina, microbiología de alimentos e intestinal, la forma de trabajar es absolutamente diferente. Todo eso empuja a leer mucho, a documentarte y es muy atractivo. Hay que estar siempre a la vanguardia de las metodologías, de los conocimientos, si no no puedes avanzar.

-¿O sea que acomodarse en un laboratorio es imposible?

-Acomodarse es incompatible con la ciencia.

-¿Cuáles son los malos y cuáles los buenos momentos en un laboratorio?

-Los malos son fáciles de identificar. Por ejemplo, crees que tienes una idea muy buena, la planteas y no obtienes financiación. O cuando intentas publicar un estudio y tienes dificultades. Normalmente, la evaluación de trabajos científicos se hace a través de revisión por pares, es decir, te evalúan investigadores de tu mismo campo, y resulta que igual a ellos no les parece tan bueno como tú crees. Esos no son momentos felices. Son buenos cuando eres autónomo para desarrollar tus propias ideas, consigues publicaciones científicas de impacto y cuando ves que las personas que has formado en tu laboratorio se convierten en nuevos científicos de renombre.

-¿Y cuando se convierte en uno de los científicos más citados de 2021?

-Eso también. Es un reconocimiento a tu trabajo. De todas formas, la lista de científicos más citados hay que estudiar cómo se hace. Si estás es porque eres uno de los más citados, pero hay científicos excelentes que no están en esa lista.

-No se reste méritos.

-Se llega publicando trabajos científicos y, sobre todo, a partir de que otros investigadores te citen, y eso significa que lo que has publicado es atractivo para ellos. Pero en esa lista no están los jóvenes, sino los sénior, que llevan varios años publicando sus trabajos científicos y tienen una trayectoria consolidada.

-Y a usted se le cita por sus estudios de microbiología, microbiota, probióticos, alimentación. ¿Sabemos realmente qué es todo esto los ciudadanos de a pie?

-Cada vez más. Hay un medidor interesante que se puede consultar fácilmente: las búsquedas en Google sobre términos científicos. Microbiota o microbioma son términos que hace 20 años no existían, son campos de estudio relativamente novedosos y todo necesita tiempo para calar. Hace unos años el investigador clínico médico no se creía mucho cuál podría ser la influencia de la microbiota en la salud y de unos años para acá es raro el congreso médico que no incluye alguna sesión o mesa redonda que intente abordar el tema microbiota y salud. Los médicos ya se lo están creyendo.

-¿Nos puede cambiar la vida todo esto?

-A algunos ya se la ha cambiado. Está muy en boga, por ejemplo, el trasplante de microbiota fecal, que cura enfermedades. Hay una infección intestinal provocada por una bacteria, Clostridioides difficile, que en algunas ocasiones es difícil de curar. Normalmente, se trata con antibióticos, pero si después de varios ciclos no eres capaz de curarlo, se puede trasplantar la microbiota de un individuo sano y se cura la enfermedad en un 90% de los casos..

Obesidad y enfermedades

-¿Algún ejemplo más?

-Hay un tipo de microbiota relacionada con la aparición de la obesidad y lo mismo ocurre con enfermedades que cursan con inflamación intestinal. Si en estas enfermedades algunos de los microbios buenos desaparecen, lo que podemos hacer es intentar a través de un tratamiento dietético que vuelvan.

-O sea, es un campo infinito.

-Es un campo muy activo. Es una investigación transversal, afecta a muchas disciplinas científicas y médicas, porque la microbiota está involucrada en muchos procesos fisiológicos. Pero trabajar en laboratorio es una cosa y llevarlo a la práctica es otra, porque tiene que pasar por las agencias reguladoras, ya sean de alimentos o de medicamentos. El tema regulatorio va muy por detrás del avance científico. No es fácil, pero se está avanzando muchísimo.

-De modo que le espera un gran futuro.

-Sí, hace años se generó una 'startup' que busca aplicaciones para el uso de la microbiota.

-Microviable Therapeutics, con sede en Gijón, y de la que usted es asesor científico. ¿Qué hace exactamente?

-Centra su actividad en campos muy concretos, como la conservación de microbiota viable, de tal forma que se pueda utilizar en el futuro.

-¿Algún ejemplo de cómo utilizarla?

-El más concreto de todos: eres una persona sana, quieres conservar tu microbiota y puedes hacerlo en sus instalaciones. Se guarda en condiciones viables con una serie de protocolos. Si dentro de unos años tienes una enfermedad que afecte a tu microbiota, puedes recuperar tu microbiota sana y utilizarla.

-Y hay más.

-Otra aplicación interesante es la de los probióticos personalizados. No solamente se puede conservar la microbiota, sino también se pueden conservar únicamente los microorganismos beneficiosos de tu microbiota, tus probióticos, que serán los más beneficiosos para ti.

-Los probióticos (microorganismos vivos que administrados en cantidades adecuadas confieren un beneficio a la salud) ya están en el supermercado.

-Ya hay muchos productos con probióticos, sobre todo lactobacilos y bifidobacterias. La investigación en los últimos años sobre probióticos ha cambiado un poco, la próxima generación ya puede ir más orientada a aplicaciones y enfermedades más específicas. Pero va a requerir tiempo, porque, como le decía, tienen que pasar muchos filtros de las agencias reguladoras. En el laboratorio ahora mismo es un campo en ebullición.

-Y Asturias está ahí.

-Asturias está en una situación muy buena, tanto en el IPLA, como en el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (ISPA), como en la Universidad de Oviedo, hay muchos grupos y muy buenos que trabajan en microbiota.

-¿Esto de la alimentación no es una locura? Por un lado, fabricamos carne artificial y, por otro, hay un retorno a la producción ecológica.

-Este es un tema en el que no me gustaría entrar, no tengo el conocimiento científico suficiente para dar una opinión motivada sobre la producción ecológica, pero sí puedo decir que actualmente consumimos los alimentos más seguros de toda nuestra historia.

-¿Pero a usted qué le gusta llevarse al plato?

-Yo creo que lo mejor es consumir una dieta variada y, desde luego, no demasiado abundante en calorías. Existe evidencia científica de que la restricción calórica es buena para la longevidad.

-¿Otros campos con futuro?

-Ahora que está en boga la economía verde, circular, se habla de la escasez de recursos que tenemos en la Tierra. Se suele decir que probablemente en unos años va a ser difícil alimentar a toda la población, y a lo mejor en lugar de pensar en producir más tenemos que pensar en tirar menos, la cantidad de alimentos que se desperdicia es enorme. Lo que estamos haciendo en el grupo de investigación es aprovechar subproductos de la industria alimentaria para que vuelvan otra vez a ser útiles. Por ejemplo, magaya de sidra, es el subproducto que queda después de prensar la manzana y se suele utilizar para alimentar al ganado. Lo que estamos intentando es obtener nuevos prebióticos y otros productos con actividad biológica. El suero lácteo, lo que queda después de la fermentación de la leche, lo mismo, es muy rico en nutrientes y estamos estudiando diferentes vías para utilizarlo. Aparte de otros campos, también trabajamos sobre algunas alergias alimentarias, como la alergia a la proteína de la leche de vaca, que provoca serios trastornos en niños.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio «Consumimos los alimentos más seguros de toda nuestra historia»