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L. A. G.
Lunes, 6 de abril 2020, 02:33
«Cuando todo acabe habrá que hacer un análisis reposado de lo que ha ocurrido, qué se ha hecho bien y mal, y hacer cambios en la sanidad para mejorarla. Seguramente, habrá que dotarla de más recursos, pero sobre todo habrá que modernizarla. Habrá que ... hacer un mejor uso de la tecnología, hospitales que sean más flexibles y se puedan reconvertir rápidamente, mejorar y renovar el equipamiento, apostar por los servicios de salud pública y los sistemas de control epidemiológico...», resume Jesús María Fernández, quien no tiene «ninguna duda de que tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, independientemente de que vivas en Madrid o en Bilbao».
Los números a veces pueden resultar engañosos, avisa. España cuenta con 9,2 de camas de cuidados intensivos por 100.000 habitantes, mientras que Alemania dispone de 29,2. «No todos los países cuentan igual los recursos sanitarios. En España hay camas que no son de UCI, pero son de reanimación posquirúrgica, que a lo mejor otros países cuentan como de UCI. Lo que necesitamos es establecer mecanismos que nos permitan transformar camas ordinarias en camas de cuidados críticos para pacientes con distrés respiratorios», dice. «En el caso de una epidemia, necesitamos tener la capacidad de liberar 30.000 camas de las que ya hay, cambiar los recursos humanos... Esa flexibilidad para adaptarse ante una amenaza es más importante que tener sobrecapacidad de recursos por si acaso algún día pasa algo», coincide Bengoa.
«Lo ocurrido nos demuestra que hay que cuidar el sistema público de salud, que hay que invertir entre epidemias y no cuando tenemos una encima, y que cosas que estamos haciendo ahora se deberían mantener después, como la consulta digital para descargar a la atención primaria», añade el codirector de SI-Health.
Aventura Bengoa que, «después de cuatro o cinco semanas de aislamiento y si siguen bajando los infectados y las muertes, que bajarán, se pasará a un aislamiento social intermitente. Es decir, se relajarán parcialmente la medidas de confinamiento y podremos salir en grupos pequeños. A los ya infectados y curados, se les podrá dar un certificado y podrán salir. Eso se puede hacer en sociedades con un sistema de salud público fuerte, como la nuestra. Donde no lo haya, tendrán que esperar a que haya vacuna y el confinamiento será mucho más largo».
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