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Marta Alonso Ron y agencias
Gijón
Miércoles, 14 de marzo 2018, 13:05
Asturias habla de Stephen Hawkin desde la cercanía. Son muchas las razones por las que las que el fallecido físico británico ha mantenido un especial vínculo con una región que, especialmente desde la concesión del premio Príncipe de Asturias de la Concordia en ... el año 1989, siente como uno de los suyos. Lo recordaba propia fundación que le concedió el galardón, ahora Princesa de Asturias, tras conocer la triste noticia de su pérdida. Además de su «trascendental labor investigadora sobre los fundamentos del tiempo y del espacio», la institución no quiso pasar por alto el ejemplo humano de Hawking como respuesta ante las adversidades, una cualidad que le hizo merecedor de galardón asturiano.
Es precisamente esta actitud en la vida la que deberá estar muy presente en los trabajos que se lleven a cabo dentro del futuro centro para lesionados medulares de Langreo. Fue en julio de 2008 cuando se presentó el anteproyecto de este centro, de referencia estatal, con la idea de que llevase su nombre y que abriese sus puertas en en 2010. Aunque todavía no se sabe cuándo iniciará su actividad ni si podrá llevar este nombre -dependerá de la voluntad de la Fundación Stephen Hawking-, es innegable que su ejemplo marcará la labor de una institución que quiere ser otro los lazo asturiano con el físico.
Así, puede decirse que en los cimientos de estas instalaciones se encuentra uno de los últimos reconocimientos que la región ha hecho a su persona. Un cariño que el investigador acogió con reciprocidad ya que siempre se declaró un «enamorado» de Asturias, hasta donde viajó nuevamente en 2005 para participar en los actos de inauguración del XXI aniversario de los Premios Príncipe. 'Retrocediendo en la historia' fue el título de la conferencia que pronunció en ese momento y donde revisó su pensamiento filosófico e intelectual. Durante esta visita, el astrofísico aprovechó también para acercarse a Gijón y disfrutar del sol en la playa de San Lorenzo. También visitó el yacimiento arqueológico de las Termas Romanas de Campo Valdés, uno de los principales testimonios de la romanización del norte de España.
En Oviedo se mostró impresionado por la imponente catedral, que la calificó de «magnificent» («grandiosa»). Realizó igualmente un recorrido por la capital asturiana en el que visitó las calles del centro, la Universidad, y se detuvo ante la estatua del cineasta Woody Allen. Además, en esa ciudad, Hawking presentó mundialmente su libro 'Brevísima historia del tiempo'. Era la segunda vez que el científico visitaba Asturias desde que recogió el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia. Si aquella primera vez fue una toma de contacto con el cariño de la región, en 2005 el británico quiso dejar constancia de su agradecimiento en una carta al director de la Fundación Príncipe de Asturias, Graciano García, en la que aseguraba que disfrutó mucho de la visita y que fue un «gran placer» volver a ver a Don Felipe, el actual Rey de España, entonces príncipe de Asturias. «Ha sido un gran honor participar en la apertura del XXV aniversario de los Premios y ha sido una experiencia que ninguno de nosotros olvidaremos jamás. Siempre nos quedarán recuerdos maravillosos de esta visita», escribió.
Hoy, Asturias puede decir que el honor ha sido de la propia región por tener entre los suyos al que es considerado una una de las mejores mentes científicas del mundo.
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